Viejos

Las primeras imágenes de "Viejos" de Raúl Cerezo me llevan hacia una película de terror. Te transporta a esa zona donde todos caeremos a no ser que la palmemos antes. Se centra en esos ancianos que seremos y están a un paso de irse al otro barrio. Están solos en una casa llena de recuerdos, de cuadros colgados de la pared, de crucifijos, de una vida que no volverá jamás. Todas esas reliquias inútiles que han ido almacenando en un tiempo y que pronto irán, cuando se queden tiesos y lleguen los herederos, al contenedor de la basura. Esa anciana que a cada paso que da comete un error, porque le patinan las neuronas. Su cabeza ya no controla  las acciones: un grifo abierto, una cafetera que suena, una radio que se apaga quitando las pilas, porque ya no sabe la manera de desconectarlo. Todo es difícil, imposible en esa casa de dinosaurios del pasado. La cámara se recrea de manera excesiva en ese momento de decadencia. Todo ello con aliño de la música de Machín: "espérame en el cielo" Muestra el terror de la decadencia humana cuando una persona se hace viejo. Así, habla de la muerte de un anciana y el marido, protagonizado por 

Zorión Eguileor ( protagonista de "El hoyo" de Galder Gaztelu Urrutia )y se  queda solo porque los hijos,

 

Gustavo Salmerón ( actor que empezó a conocerse por "Mensaka" de Salvador García Ruíz) por mucho que quieran recoger a esa escoria descarriada, no quieren o no pueden o les importa un carajo. En parte, lo hacen por aparentar, por puro sistema. Él, el anciano,  entiende que lo detestan por su condición de viejo y sabe que no es nada querido. Por eso, se quiere ir a su casa, a morirse en soledad, sin molestar a nadie. Recuerda, en cierta manera, a "Amor", salvando las deferencias, evidentemente, de Michael Haneke donde una pareja de ancianos caen de golpe en la tortura de verse discapacitados de sus facultades. Todo ocurre de un día para otro: están bien, pero el hecho de ser viejo, pronto aparecerá la desgracia, una caída, una enfermedad terminal. Pero, en este caso, en cuanto pasa el tiempo, vemos que la situación  se desmadra demasiado hacia territorios macabros, sangrientos. No es necesario recurrir a fenómenos paranormales  de sueños o apariciones para darle más terror, con lo que da de la realidad de los ancianos ya era suficiente.

 

En definitiva, es el terror de la propia vida que le añade factores macabros, puesto que los caretos de los ancianos dan juego para ello. Es una película para pasárselo francamente mal en esa casa del terror que parece la misma o similar que la de "Rec" de Jaume Balagueró. No te llenará de alegría  ni siquiera de ánimo para pasar el día.

Título original Viejos

Año                 2022

Duración         95 minutos

País                 España

Dirección         Raul Cerezo, Fernando González Gómez

Guion               Raúl Cerezo, Rubén Sánchez

                         Javier Trigales

Reparto             Gustavo Salmerón, Paula Gallego,

                          Zorion Eguileor, Irene Anula.

La situación de esos ancianos de vuelta de todo que ya nada les importa muestran el rostro de la indiferencia en su cara. Lo innecesario de su existencia en esos días finales que faltan para desaparecer. Ocupan un espacio como si fueran muebles hasta que llegue el momento fatídico de la muerte. Ni siquiera son vegetales, pues comen, gruñen se mueven lentamente. Sin embargo, apenas  pueden controlar los movimientos. Esa caricatura de lo que uno fue es sencillamente patético, desalentador. Nadie se cuida de ellos y aguantar ese deterioro de vida no es necesario. En ese mundo de ancianos hay jóvenes que los ven con desprecio, con asco de haber llegado a ese estado, pero no saben que el tiempo es como un huracán que los arrastrará en nada también a ellos y sin darse cuenta serán carroña humana, despojos: VIEJOS. Por lo tanto, el tema central de la historia gira en torno a esas personas con la vida acabada que son un problema para sus familiares que no saben como enfrentarse ante la pérdida del conocimiento de ese ser que fue muy querido y ahora molesta. Aparentan preocupación, pero en el fondo les estorban. Así las cosas y el hecho de que quieran irse cuanto antes al otro barrio, mostrarán una posición de locura, de estar de vuelta de todo que, al mismo tiempo,  da un pánico terrible o por lo menos ese es el giro de la segunda parte de la peli. Al final, el abuelo accede a cambiar de casa y aceptar vivir en la de su hijo, ahora que ha quedado soltero, su mujer se ha tirado desde el balcón de su casa, pero se lleva una maleta y un espejo como sus cosas necesarias. Ese abuelo que no toca de cabeza se acomoda en casa de su hijo que acaban de cambiarse, porque no les va nada bien los temas laborales. Las desviaciones mentales que tiene el anciano causarán discordias y peleas en el seno de esa familia. No es suficiente con mostrar lo decrépitos que están, sino que encima, en esa carga de demencia que llevan a cuestas, les asigna un punto macabro de caníbales. Por tanto, si no era suficiente patético el hecho de mostrar  ese declive humano, todavía le da un giro hacia el terror por medio de la sublevación de esos tipos demacrados por la edad. En fin, no hacía falta mostrarlos sucios y abandonados en una silla de ruedas y atacando al primer joven que se les presente por delante, pero es el punto  macabro que da el director para captar más la atención del espectador o porque ya no sabía cono concluir la historia.  Vemos las sobras del final de la vida que no deberíamos pasarlas. Al final, los ancianos son monstruos, asesinos en serie que salen en "bolas" a la calle liquidando a todo el mundo y acaba en un pastiche de terror que no tiene mucho sentido con un final apocalíptico. Eso.