viernes, 15 de diciembre de 2023

Oppenheimer


Christopher Nolan es un director con una trayectoria sobre sus espaldas que da una garantía de acierto en sus trabajos. Es innecesario comentar su filmografía, pero se puede apuntar varios títulos en su haber: "Memento"; diversos "Batman"; "Origen"; "Interstellar"; "Dunkerque" y ahora "Oppenheimer". En esta última, se adentra de lleno en la vida del físico brillante 




( interpretado por Cillian Murphy) Julius Robert Oppenheimer. Explica los inicios de ese estudiante nada inteligente, aparentemente o eso cree su profesor, pues es un patoso ( cuántas veces ocurre que los genios en sus inicios son despreciados por sus maestros, incluso reconocidos como unos fracasados, quizá eso les hace esforzarse más y luego brillar) en el manejo de los recipientes en el laboratorio. Si rompe los cacharos del laboratorio es porque se pasa las noches en vela mientras piensa en composiciones y  flases de átomos que rondan por su cabeza. 



Esta cabeza prodigiosa en constante ebullición fue el creador de la bomba atómica, por lo tanto, con infinidad de detractores, incluso culpable del genocidio de Hirosnima y Nagasaki, donde, en agosto de 1945, 120000 japoneses la palmaron de una tacada sin contar los que fallecieron posteriormente. Murieron achicharradas por la irradiación y otras muchas  más por cáncer. Es cierto que él no fue quien dio la orden, pero sí su creador. Relata, en sus inicios, la historia va del pasado al presente constantemente, que aparece en sus estudios la época en que se produce la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939, pues el personaje apunta en la pizarra que está a favor de la República Española, por lo tanto, sus ideas son de izquierdas. Además, está especialmente preocupado por el auge nazi. Además, el hecho de ser judío se implica más con el tema. Avanza en este campo y se hace sindicalista comunista y eso provoca enfrentamientos con su jefe que no quiere que llegue ese concepto a las aulas. Su posición política le llevó a entrar en la lista negra del "Macartismo" ( término que se acotó gracias al senador republicano Joseph McCarthy que se encargaba de procesar y asesinar si hiciera falta a todo aquel que mostrara simpatías con el bloque soviético en el momento de la Guerra Fría) y perseguido por el FBI. La relación amorosa, fuera del matrimonio, con una comunista le produce una persecución y derribo, por mucho que fuera el gran físico. Posteriormente tocaba reunirse con todos los físicos lumbreras para crear el monstruo de la bomba mortífera y no podía faltar una pequeña conexión con 




Albert Einstein, el cual se niega a tal aberración de la destrucción del Planeta. En esa obsesión por preparar el artefacto secreto, construyen una ciudad para los familiares en el desierto de Los Álamos y se inicia el proyecto Manhattan que así se llamó. Recuerda en cierta manera a Nash (Russell Crowe) aquel profesor matemático de "Una mente maravillosa". También tiene ciertas conexiones con el matemático Alan Turing en "Descifrando Enigma" ( enigma era una máquina que daba mensajes de las posiciones del enemigo en tiempos de guerra), interpretado por Benedict Cumberbatch de cierto parecido con nuestro actor. En definitiva, al margen de la monstruosa creación, el tipo en cuestión no es un chiflado genio de los números y los libros, sino que le queda un rincón humano para los temas sencillos como el amor, excursiones en la montaña, pero con su cabeza llena de algoritmos y dudas.

Título original Oppenheimer

Año                 2023

Duración         180 minutos

País                 Estados Unidos

Dirección         Chistopher Nolan

Guion               Chistopher Nolan, 

Biografía de J.Robert Oppenheimer

Música            Ludwing Goransson

Fotografía       Hoyte van Hoytema

Reparto           Cilliam Murphy, Emily Blunt,

                         Robert Downey, Matt Damon,

                         Josh Hartnett, Jason Clarke,

                         Florence Pugh, Alden Ehenreich,

                         David Krumholtz, Ben Safdie,

                         Kenneth Branagh, Rami Malek.  

  




La película se inicia con un juicio donde las personas que tuvieron relación con el doctor Oppenheimer cuentan los inicios de su andadura. Él mismo confiesa su vida, pero se va a ese pasado donde empezó su carrera aplicando sus conocimientos de física en conferencias. Ocupa diferentes puestos de trabajo y allí acarrea sus libros y las moléculas que le rondan constantemente en su cabeza. En esos talleres de física a su lado, donde da clases, se está iniciando la bomba de acelerar electrones que posteriormente sería mortal para tantos humanos. Sus clases de mecánica cuántica se comparan con la capacidad de las estrellas en el momento en que se enfrían y luego mueren. En ese momento, su gravedad puede absorber hasta la luz. Átomos, uranio, descomposición, pronto aparecerá en escena la palabra clave: una bomba devastadora. Su primer artículo publicado en la prensa coincide con el auge de Hitler. Al margen de su vida profesional, se suceden aspectos de su vida amorosa: se casa, tiene un hijo que se ven, su esposa y él, incapaces de soportar un llanto continuado de un bebé y menos criarlo, Por lo tanto, deben desprenderse de él. La inteligencia del físico no le da tiempo suficiente para calmar el dolor de un infante ni soportar sus berridos. Aparece el componente militar preocupado en crear la bomba, pero no se puede realizar sino junta a los más prestigiosos en un lugar solitario y apartado. Se busca un desierto y se crea un pueblo para las familias. Hay momentos en que los científicos se sientan y comentan las muertes de personas civiles que va a causar su creación monstruosa. Mientras crean la bomba H, más poderosa que la bomba atómica, hablan del arma de genocidio en masa. Esa felicidad del momento de la prueba por asistir al proyecto de años y ser todo un éxito. Ríen de la explosión que llevará a la muerte a miles de humanos con la excusa de que con ello se asustarán y se acabará la guerra. Por lo tanto, morirán menos personas que en el caso de que continuara la batalla durante años. Contrasta ver a ese creador de la muerte ovacionado por su público, mientras al otro lado, en las ciudades japonesas, las personas morían como ratas o corrían despavoridas con las pieles retorcidas y  quemadas. Él sabe que en ese momento están carbonizados miles y miles de humanos y se le pasa por la mente la imagen de terror. Agasajado y famoso por salir en las portadas de las revistas, el padre de la bomba atómica es invitado al despacho del presidente Truman y espeta esta frase: " señor, siento que tengo las manos manchadas de sangre". La respuesta del presidente: "no dejen entrar aquí a ese llorón". Al fin, lo que pretenden, porque ya han conseguido lo que querían y ya no les interesa, es desprestigiarlo en una especie de interrogatorio a puerta cerrada y sin público, rebajarlo a la nada. Por lo tanto, a partir de aquí, asistimos a un juicio secreto de destrucción con pruebas y testimonios falsos para hundirlo y humillarlo. Se quiere demostrar que Openheimer es un espía y agente de la Unión Soviética. En definitiva, asistimos a la caza de un judío comunista ( que en realidad no lo era) que fue un genio en negativo por crear el arma destructiva y como consecuencia de su lanzamiento causó la muerte masiva del personal que produjo el final de la Segunda Guerra Mundial.







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