miércoles, 28 de febrero de 2024

Maestros



"Maestros" de Bruno Chiche nos presenta a dos personajes al mismo tiempo con sus respectivas vidas y rivales en la misma profesión: uno, el padre, encarnado por el actor

 



Pierre Arditi , otro, el hijo, por el actor Yvan Attal




Dos hombres con un mismo oficio, directores de orquesta , con un mundo paralelo que mantendrá en competición uno contra el otro. La cámara repasa las paredes del anciano, el padre retirado, con premios que cuelgan de ella y orgulloso de ser un gran director de orquesta. El hijo está molesto y resentido de que su padre no sea capaz de felicitarlo el mismo día en que ha obtenido un reconocido premio. Así, desde del inicio, vemos una carga de egos enfrentados entre sí: uno retirado y con todo concluido y el otro, con ganas de superar al padre. Los dos consideran que son superiores al otro. La rivalidad entre padre y retoño se ve incrementada por culpa de un malentendido ya que al anciano le conceden un trabajo muy importante  cuando en realidad era para el más joven. El hecho de tener que desvelar el entuerto llevará a un conflicto más grande entre los dos. Como no podía ser de otra manera, si los protagonistas son músicos, como telón de fondo hay un factor musical que acompaña durante todo el metraje de al cinta. Además, las imágenes están impregnadas del componente callejero de la nocturna París. 




En fin, los triunfos de una persona no siempre se pueden disfrutar, porque no todas las personas que rodean al personaje están en la misma condición de ser alguien especial que alcanza la fama y eso condiciona la vida de aquel que consigue las metas profesionales. Pero, el el problema está en que el éxito siempre debe ser compartido con aquellos que te quieren. Aquí hay una falta de cariño entre los dos.

Título original Maestro

Año                2022

Duración        96 minutos

País               Francia

Dirección       Bruno Chiche

Guion             Bruno Chiche, Cecilia Rouaud

Música           Florencio Di Concilio

Fotografia      Denis Rouden

Reparto         Yvan Attal, Pierre Arditi, Miou-Miou

                      Carolina Anglada, Pascale Arbillot,

                      Nils Gurard, Caterina Murino.





La película se centra en esa rivalidad profesional que hay entre los dos: padre e hijo. Esa competencia les hace distanciarse y hasta odiarse. No toleran que  uno sobrepase al otro en el campo profesional. En lugar de alegrarse de los triunfos del otro, se lo toman como si fueran auténticos adversarios. El anciano, el padre,  está acostumbrado a que le feliciten a él personalmente, no que lo hagan por los triunfos de su hijo. Son los dos polos opuestos: el ocaso de la carrera de director de orquesta y la inminente proyección del hijo. Ese inicio de éxito abrumador del hijo y el retiro del otro se ven enfrentados. Se unen para celebrar el cumpleaños del director gruñón y allí confiesa que le han propuesto dirigir la banda musical más importante de Milán. Está pletórico a su edad, pues conseguir ese cargo tan importante no es fácil. Sin embargo, el día siguiente le revelan al hijo que ha habido una confusión y la secretaria se equivocó al llamar por teléfono a la persona equivocada que no es otra que su propio padre, por lo tanto,   el puesto es para el hijo. Ahora le queda el marrón de comentarle a su propio padre el error cometido. La película se detienen en las dos figuras y sus vidas enfrentadas. El joven director recibe presiones de su hijo que siempre habla bien de su abuelo, pero no le da mayor importancia, ya que está enamorado de su amante que en el fondo es una violinista vulgar que la tiene enchufada en la orquesta. En estas aparecen las presiones por parte de su exmujer que sea claro con las personas y que le diga de una vez por todas a su padre que el puesto es suyo y no de él. Además, que le cante a la cara de su querida que por muy bien que haga el amor cuando toca el violín suena como una patata cuando rebota en el suelo. Las costuras de la fama se vienen abajo cuando nos enteramos que la querida ha subido de categoría gracias al enchufe del compositor y no por su verdadero valor, sino por un enchufe bestial. Entre todos los follones, el mundo se tambalea después de haber conseguido la fama. Por si faltara poco, el hecho de  esconder la verdad a su padre por no hacer daño, todavía da un resultado peor, pues el padre gruñón, cuando se entera, saca a relucir trapos viejos del pasado como que si su madre se enrolló con otro y que puede incluso no ser siquiera su hijo. Así, la trama se va precipitando desde el éxito inicial hasta el fracaso final. En definitiva, un triunfo profesional en el mundo de la música no quiere decir que también se consiga en el ámbito social o de relaciones familiares que por mucho empeño que pone el protagonista, el hijo, en este caso, no lo consigue. El gran triunfador no consigue atraer a padres, sus mujeres ni a su hijo para que le acompañen en su prestigioso viaje. Está solo y abandonado en lo más alto de la fama. Sin embargo, siempre hay posibilidades de que dé un giro total el guion. La música lo puede unir todo.

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