lunes, 26 de febrero de 2024

Una vida no tan simple

 


"Una vida no tan simple" de Félix Viscarret ( director de "No mires a los ojos") se inicia en la cúspide profesional o eso parece de un joven con mucha proyección profesional. Es decir, el protagonista es un joven arquitecto, interpretado por



Miki Esparbé, que recibe un premio por su proyecto, pero los del gremio le advierten que vaya con cuidado, pues el éxito está muy cerca del fracaso, prácticamente se tocan. Esos mismos compañeros que lo adulan esperarán impacientes el día en que se derrumbe o haga algo deleznable para tirarse encima como buitres y comérselo sin compasión. La realidad es que ese tipo que triunfa en los eventos de concursos y premios resulta que no tiene ni donde sostenerse de pie y le rechazan sus proyectos en las empresas. Mantiene su estudio a duras penas y sostenido económicamente por la aportación de su mujer.




Todo es fachada, pero detrás no hay nada, pues el premio y el triunfo laboral, en este caso, está reñido. El tiempo, muy corto, lo ha barrido todo: no hay trabajo, ni triunfos, ni satisfacción personal, ni económica, ni siquiera afectiva con su mujer. La verdad es que con su trabajo se come los mocos, pero él quiere aparentar otra cosa, ya que se aferra a su premio con proyección, porque detrás hay un desierto sin trabajo y sin futuro. Sin embargo, el empresario con una cierta edad, interpretado por 




Ramón Barea, le advierte que sus compañeros lo adulan , pero esperarán su derrumbe para humillarlo, pues siempre considerarán mejores sus trabajos que el suyo. Fuera de la gala, sin traje de ceremonias, la situación es completamente diferente, pues ese proyecto que recibe premios nadie lo quiere llevar a término. Él como no ingresa dinero en la pareja debe ocuparse de llevar a los niños al colegio y cuidar si duermen o no y de las tareas domésticas. Ya no es tanto realizarlas sino el hecho de no conseguir que sus éxitos profesionales se consoliden frente a su mujer que es quien sostiene la economía familiar. En fin, habla del fracaso profesional que pueda causar desesperación y agobio a las personas.

Título original Una vida no tan simple

Año                 2023

Duración         107 minutos

Dirección         Félix Viscarret

Guion               Félix Viscarret

Música             Mikel Salas

Fotografía        Óscar Durán

Reparto            Miki Esparbé, Ana Polvorosa,

                         Álex García, Oyala Caldera,

                         Ramón Barea, Julián Villagran,

                         Xavi Valcárcel.





La historia va de el arquitecto que quiere aparentar mucho prestigio y tener trabajo, pero la triste realidad es que no rasca bola. Debe picar a la puerta de aquellos que triunfan en su profesión para ver si le dan las migajas de algún proyecto. El tipo, puesto que no dispone de trabajos, es quien se ocupa de las tareas domésticas como llevar a los dos hijos pequeños al cole y  al parque. En una palabra se siente fracasado, no sabe cómo salir del atolladero. El premio no supone éxito profesional ni proyección ni nada beneficioso. Su estudio no puede vivir de un premio y ver que le cierran el paso en cada momento que intenta abrir camino profesional. Sentirse fracasado es una tortura que no le deja dormir y por mucho que su socio le diga métodos para conciliar el sueño, eso es imposible, porque se le aparece la chica del parque que es la mamá de su amigo del cole de su hijo. Vemos la visión de dos fracasados, su socio y él, en el estudio contemplando los triunfos de sus amigos o compañeros, mientras que ellos están ahí, mirándolos. No acepta trabajos menores que le propone esa chica del parque porque son reformas menores, ya que él aspira a realizar proyectos de mayor envergadura. Sin embargo, en el estudio están los dos de brazos cruzados, jugando a marcianitos. Incluso su compañero lleva con añoranza haber dejado a varias chicas que fueron novias y ahora han triunfado cuando él va dando tumbos. Así las cosas, la rutina diaria le lleva a pensar que todo es igual que hace un año: un puto fracasado. De la misma manera, el resto de compañeros parece que andan metidos en el mismo bucle que él, porque un compañero un tal "rascafría" que se las da de tener mucho trabajo, también da vueltas sin comerse una rosca profesionalmente hablando. Así, recibe hostias allá donde va a pedir ayuda o una constructora que apoye su proyecto. Le dicen buenas palabras y alabanzas, pero siempre le golpean con la puerta en las narices. A todo esto, las relaciones de pareja se resquebrajan y por esas fisuras entran nuevas amistades para ocupar el vacío. Por tanto, solo le queda que su soporte emocional le falle y le abandone. En definitiva, el personaje busca estabilidad profesional en un mundo donde todos quieren triunfar y ser un perdedor es poco menos que una condena o un pecado. Mantener la fachada del triunfo le cuesta su propia relación. El fracaso no puede dar estabilidad a ese persona que la busca y no la encuentra. El éxito y el fracaso se tocan.


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