Rivales

"Rivales" de Luca Guadagnino ( director de "Hasta los huesos: bones and all" o "Call Me by Your Name") siempre le da las vueltas a los romances amorosos del tipo que sea. En este caso, está completamente envuelto en un manto de tenis, pues los protagonistas, Zendaya, Josh O'Connor y Mike Faist son tres tenistas de élite, una chica y dos chicos, que compiten sin cuartel contra los rivales. 

La historia se desarrolla durante una final de una partida de tenis entre los dos protagonistas. En ella se la disputan los amigos de juventud y ahora enemigos tanto en la cancha como fuera por culpa de pretender a la misma mujer. Mientras se disputa, la historia avanza y retrocede, con los pertinentes avisos por medio de carteles, para contar tanto los encuentros de los tres personajes como la situación personal en que se encuentran. Así, la rivalidad de la cancha pasa hacia el amor por la misma mujer que se disputan fuera de ella.

 La joven  abandonará el deporte por una lesión y ayudará a uno de los dos para que lidere la lista de los mejores. En fin, es evidente que el relato está plagado de partidos de tenis, lo hace atractivo con esos pelotazos que zumban directos al espectador, pero éste, si detesta este deporte. se le puede atragantar y hacer sumamente pesada. La música que acompaña los momentos claves del amor tampoco hará de sus delicias.

Título original Challengers

Año                 2024

Duración         131 minutos

País                 Estados Unidos

Dirección         Luca Guadagnino

Guion               Justin Kuritzkes

Música              Trent Reznor, Atticus Ross

Fotografía          Sayombhu Mukdeeprom

Reparto              Zendaya, Nada Despotovich,

                           Josh O'Connor, Mike Faist,

                           A.J. Lister, Naheem García,

                           Hailey Gates, Jake Jensen,

                           Darnell Appling, Chistine Dye,

                           Mary Joe Fernandez.

Los dos chicos que posteriormente serán rivales se conocen desde la adolescencia, puesto que van de internos al mismo colegio. Su deporte favorito es el tenis y destacan en los torneos. Realizan partidos de parejas entre los dos y se combinan a la perfección. En una de esos torneos conocen a una chica tenista que, mientras disputa una final, quedan deslumbrados, pues destaca tanto o más que ellos, además les seduce y la quieren conquistar. Flirtean con ella y quedan para que acuda a su habitación. Ella acude, los engatusa con besos y caricias, pero los deja calientes y les dan largas a los dos. En ese ir y venir del tiempo sin mucho orden, vemos que uno de ellos se ha liado con ella y ha formado una familia. Ha triunfado en el mundo del tenis y su calidad de vida es confortable, pero pasa al mismo tiempo por una presión insostenible porque perder supone bajar el nivel de la calidad y el prestigio. En cambio, el otro chico lleva una vida de crápula, no tiene pasta ni siquiera para pagar el hotel donde se va a disputar ese torneo donde se verá las caras con su antiguo amigo que le robó la chica a quien él también amaba. Ahora se verán en la final con ciertas diferencias: uno con la obligación de ganar a su rival porque es mejor en el ranking y no puede permitirse el lujo de perder ante la mirada rabiosa de su chica; el otro, sin apretura alguna, lleva la final con mucha menos presión y está más cerca de dar la campanada. Ella es una ganadora nata abocada al fracaso por su grave lesión, pero pone toda la carne en el asador en favor de su chico que lo entrena y no consiente que en un momento dado le falle y pierda porque es capaz de dejarlo y punto.  En definitiva, contrasta el amigo modosito, tierno y familiar con el otro pendenciero, mujeriego y fuera del rollo matrimonial y del lujo. Pero se van cruzando en sus caminos para echarse chinitas uno a otro y reconquistar a la misma mujer. Estamos ante el perdedor en tenis y el ganador en la vida frente al triunfador profesional, pero de una vida de agobio.