La directora Sofía Alaoui de padre marroquí y madre francesa pretende, en su película "Animalia", mostrar el lujo que desprende a raudales en la casa donde vive una joven embarazada, Itto, interpretado por Oumaima Barrid, mujer del hijo de esa mansión con ínfulas de mayores grandezas.
La chica está embarazada y su marido le cuenta las fabulosas riquezas que obtendrá con el nuevo negocio para hacerse una casa propia. Vemos que la joven viene de una casa humilde de ganaderos porque sus modales en la cocina o en la mesa no son del estilo de los que la habitan y la directora quiere resaltarlo. En ese mundo de ricos donde se siente un títere que ordenan y manejan a su antojo como un objeto inerte reprime sus impulsos. Un acontecimiento inesperado hará que ella se sienta sola y desligada completamente de su riqueza. Este percance producirá que entienda las deficiencias del pueblo frente a sus abundancias. Abandonada en una población se encomienda al dueño del hotel para que la lleve donde está su marido, pero mantienen muchas diferencias culturales que chocan constantemente.
En fin, es una road movie a lo marroquí por unas tierras áridas y polvorientas con los personajes del terruño.
Título original Animalia
Año 2023
Duración 95 minutos
País Marruecos
Dirección Sofía Alaoui
Guion Sofía Alaoui, Laurie Bost
Raphaelle Valbrune
Música Amín Bouhafa
Reparto Oumaima Barid, Mehdi Dehbi,
Fouad Oughaou, Souad Khouyi,
Oumaima Oughaou,
Rajaa Esaaidi,
Az Elarab Kaghat,
Mohamed Lahbib.
La chica se siente maltratada en medio de las riquezas de una familia burguesa. Su suegra la acosa y la espía en todo lo que hace porque la considera inferior, una campesina con muy poca categoría para casarse con su hijo. Esto a ella le supone un constante agravio comparativo que explica a su marido en el lecho nupcial. Como está embarazada, tiene la excusa de decir que se encuentra mal para asistir a varios eventos y se quedará a sus anchas en la mansión. Unas lluvias torrenciales y el ejército en la calle avisando de que no salgan de casa quiere decir que algo grave sucede, pero lo ocultan para no crear el pánico en el personal. Sin saber apenas qué pasa, previo aviso de su marido, emprende una huida en una camioneta con un sirviente de la familia por senderos de tierra. Pero no todo es tan sencillo, pues en tiempos de revueltas los empleados se desligan de acatar órdenes y el conductor emprende otro camino que más le interesa a él y no será obedecer a la que hasta ahora había sido su ama. Por lo tanto, la dejan tirada en un pueblo de mala muerte. Nada especial comparado al lujo del que disponía antes. El chico del hotel, muy hospitalario, le indica que mejor se quede en casa de su madre y su hermana que estará mejor cuidada, puesto que en el pueblo una mujer sola en un hotel no está muy bien visto. Sin embargo, deniega la invitación con malos modales, pero al mismo tiempo se siente agobiada porque está completamente incomunicada, porque no le funciona el móvil. Con unas golosinas se agencia la compañía de un perro. Así, sin encontrar una salida a sus problemas, pasa el tiempo sin que nada mejore ni nadie venga a por ella. Empiezan a suceder cosas raras como que un tipo con aspecto de tarado habla de diablos. Posteriormente, se encomienda a su Dios y al dueño del hotel para que le lleve a la ciudad donde está su marido, pero las discrepancias no les conducirán por buen camino. Ella es muy católica y él le reprime diciendo que es una rica hipócrita. Pasan por una cortina de humo, de luces del más allá que es por lo que todo el mundo está aterrado y su pensamiento cambia radicalmente. Parece la llegada del fin del mundo. Después de todas las calamidades que pasa hasta llegar a su marido, le recrimina que ellos están viviendo en una realidad paralela que no es la única y que detrás de la suya hay otra que sufre y malvive en la miseria, en cambio, ellos derrochan. En fin, todos los privilegios que tiene le suponen un inconveniente a cada momento que ve a un miserable mendigando por la calle. Entiende la desproporción del mundo rico con el pobre y recrimina como puede esa diferencia injusta. Aunque ella, en muchos momentos, por costumbre, se ve abocada a utilizar las artimañas de los ricos. Finalmente, la directora quiere rematarlo de forma poética y que cada uno interprete lo que le dé la gana. Eso, final abierto.
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