viernes, 16 de agosto de 2024

El rapto




"El rapto" de Marco Bellocchio ( director de "El traidor", "Felices sueños" entre otras muchas) se inicia con el despegue abrupto de Edgardo uno de los hijos de la familia numerosa de los Mortara ( llamado caso Mortara que conmovió a la opinión pública de la época, luego estamos ante un hecho real y toma mayor trascendencia. El niño, cuando nació y sin que lo supieran los padres, fue bautizado por una criada ( la cual cosa debería ser nula, pues no tenía potestad por la iglesia para bautizar, otras voces dicen que fue un sacerdote llevado por la criada) porque estaba enfermo y temía que fuera al limbo siendo judío y eso, seis años después, trae unas consecuencias: que la inquisición, corre el año 1858, mande una orden de confiscar ese católico del seno de los judíos.

 



Así, sin más preámbulos, aparece una cuadrilla de soldados con un mariscal para llevárselo. Por mucho que la madre y el padre pongan impedimentos, llaman a familiares para hacer fuerza, para que no se lo lleven, pero no podrán conseguirlo. Los soldados del Papa lo arrancan del seno familiar. Los padres por mucho que busquen a su hijo, perderán la pista porque se ha ido de Bolonia y la Iglesia no les informa del lugar donde ha ido a parar. Allí, en Roma, recibirá una educación cristiana y un lavado de cerebro con sutileza de tal manera que se encontrará deliciosamente bien. 



Aparece un Pio IX un tanto violento hacia los judíos y sus propuestas de rescatar al niño. Llegarán tiempos de revueltas donde se mostrará su enfermedad, unas convulsiones epilépticas por la situación actual. Considera una profanación que asalten su casa para rescatar al niño.  Finalmente, está el resultado experimental de la formación de un niño en un catolicismo fanático que lo absorberá completamente, frente a su identidad genética que intentan  conquistarlo sin tener la oportunidad de hablar u opinar sobre su religión. Esa obsesión por recuperar a su hijo durará toda su vida, pero será en vano.

Título original Rapito

Año                2023

Duración        134 minutos

País                Italia

Dirección        Marco Bellocchio

Guion             Marco Bellocchio, Daniela Ceselli,

                      Susanna Nicchiarelli.

Música           Fabio Massimo Capogrosso

Fotografía      Francesco Di Giacomo

Reparto         Filippo Timi, Fabrizio Gifuni,

                      Barbara Ronchi, Andrea Gherpelli,

                      Paolo Pierobon, Enea Sala,

                      Fausto Russo Alesi,

                      Leonardo Maltese.




El antisemitismo o rechazo a los judíos está presente en este episodio de mediados del siglo XIX, momento en que el chico de una familia judía es raptado por la iglesia católica, pues había recibido el bautismo católico y no podía estar en la familia judía. El niño se niega a abandonar a su familia ( "me van a cortar la cabeza", dice asustado), pero no tiene más remedio que desistir  ante la fuerza de los soldados de la inquisición. El niño inicia su trayecto de conversión al cristianismo por medio de los símbolos. Allí, en la iglesia, lo van adoctrinando frente a las figuras emblemáticas de Jesús en la cruz. Todos los símbolos del cristianismo se los van mostrando como un inicio de catecismo. Van aleccionando al niño de seis años frente al Dios crucificado: "no está dormido está crucificado y los judíos lo mataron". Le ofrecen regalos simbólicos como una cabeza con una cruz: " Cuando tengas un problema, la besas y te lo solucionará"El niño, metido en ese círculo religioso, se va mimetizando arreglo a la doctrina cristiana. Comenta si puede hablar en hebreo y le responden que no, ahora allí aprenderá el latín. Las súplicas que hagan los padres a Pío IX por recuperarlo se las pasa por el forro porque él piensa que un alma conquistada por Cristo no se puede escapar del cristianismo. Enfurecido contesta con un no rotundo. Por lo tanto, el niño está como una mosca metido en una tela de araña y será absorbido. Ante las múltiples pesadillas que tiene el Papa, decide interesarse por él y tomarlo como su consejero. La trama sigue porque los padres quieren recuperarlo, pero como el niño, ahora ya adolescente, se siente feliz e integrado, sacarlo de allí es complicado. La visita de su madre lo desconcierta en su bienestar. Él contraatacará contra su familia que antes de morir su madre intentará bautizarla. En definitiva, vemos de lo que son capaces las religiones para defender sus intereses. Manipulan el cerebro de un niño inculcándole otra religión diferente a la de sus padres y esto le hace ser contrario y rival de ellos. 


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