miércoles, 14 de agosto de 2024

Fremont




 "Fremont" ( da título la ciudad del mismo nombre en la bahía de San Francisco, California) de Babak Jalali en un blanco y negro pulcro recrea las ilusiones perdidas de unos personajes desarraigados de su lugar. Sueñan, fuera de su hábitat en un futuro diferente antes de diñarla. Así, esos empleados de una fábrica de galletas imaginan en un premio suculento de un concurso televisivo del día anterior u otro empleado, en otro momento, que añora su Tierra, Kabul, allí las estrellas estaban fijas no como aquí que no paran de moverse.  Mira al cielo oscuro de la noche y encuentra imperfección como sucede en el suelo que pisa.  Estamos ante personajes perdedores que echan la vista atrás hacia lo que quisieron ser un día y ha quedado una vida rutinaria que con toda ella junta  no pasaría más allá de un relato de media hora. 




Siempre lo mismo, nada que contar. Donya, interpretado por Anaita Wali Zada, mantiene un pasado que desconocemos que descubriremos con el paso del tiempo. En fin, se produce una mirada nostálgica de la Tierra abandonada, lejana y con esperanzas de volver un día. Se produce un tratamiento con un doctor que no acaba de darle la solución, ya que ella había sido traductora del ejército de los Estados Unidos y, una vez abandonado el país teme por lo que les pueda suceder a los suyos en un país de guerra. 




En definitiva, el abandono de un país tomado por los talibanes donde se excluye la libertad de todo aquel que se salta sus normas no garantiza una vida plena como le sucede a los protagonistas que malviven en el almacén de galletas.

Título original Fremont

Año                2023

Duración        91 minutos

Dirección        Babak Jalali

Guion              Babak Jalali, Carolina Cavalli.

Música            Mahmoud Schicker

Fotografía       Max Miles, Laura Valladao.

Reparto           Anaita Wali Zada, Hilda Schmelling,

                        Gregg Turkington, Avis See-tho,

                        Jeremy Allen White, Taban Ibraz,

                         Siddique Ahmed, Eddie Tang

                          Timur Nusratty.




La cámara persigue a la joven que trabaja en una fábrica de galletas. Ella tiene estudios universitarios, pero no sabemos por qué está envolviendo pastas. Ella, lo mismo que sus compañeros, son de Afganistán y acude al psicólogo, con la visita y hora de un compañero, porque es incapaz de conciliar el sueño. El doctor no acaba de entender el proceder de la chica que se ha colado en su consulta con el nombre de otra persona. Así no funcionan las visitas le recrimina. Es lo primero que le advierte antes de preguntarle si tiene la documentación en orden. A lo cual le dice que fue traductora en Afganistán. La quiere expulsar de su visita por imprudente y colarse en su lista, pero ella se niega a abandonar la consulta. Ante la avalancha de preguntas y respuestas escuetas, trabajé para el ejército de los Estados Unidos y recéteme unas pastillas para dormir de una jodida vez, le contesta ella con malos modales. Se confiesa ante el doctor que realizó el trabajo de traductora para conseguir el visado. Necesitaba salir del infierno, pero a su familia la consideran como traidores y están amenazados de muerte. Así, se intercalan las sesiones con el doctor que considera que sufre un trastorno post traumático por ver morir a sus compañeros que realizaban el mismo trabajo que ella logró escapar. Ahora su tarea consiste en colocar una nota dentro  con un consejo. Al cliente le hace gracia descubrir lo que dice en la solapa del envoltorio En el contrapunto del aburrimiento se encuentra al dueño chino que considera muy entretenido ir al trabajo, disfruta como un loco. Y se lo cuenta a la joven asqueada que no puede pegar ojo. Frecuenta lugares de su país como restaurantes donde los compatriotas le dicen que hay que aguantar. Da la sensación que son fantasmas que  están allí por medio de su cuerpo, pero el alma sigue en pie en su Tierra natal.  Ella es seca con el doctor que se deje de cuentos y que le regale las jodidas pastillas. Los personajes, tanto el doctor como el camarero o sus compañeros se bañan de su compañía y ,pese a no hacer nada, cambian de opinión. Fallecida su compañera, ahora se encarga ella de colocar los consejos que vienen en cada sobre de galleta. Así las cosas, ¿ se puede vivir en paz cuando sabes que tus hermanos están a punto de ser aniquilados ? Este es el razonamiento y la tortura de ser noctámbula. Finalmente, huir de la muerte para acabar en una empresa cutre de galletas que viene a ser la otra muerte en vida como le sucede a una de las empleadas que la palma encima de su herramienta de trabajo, no acaba de ser la solución al trauma que padecen. Sin embargo, por algñun rincón puede aparecer un soplo de aire con vida nueva.

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