viernes, 2 de agosto de 2024

Puan




 "Puan" de María Alché y Benjamín Naishtat recrea de manera irónica y sarcástica las disputas entre dos profesores de universidad que quieren acceder a una cátedra. Todo se inicia en el momento en que el catedrático en funciones, mientras realiza deporte por un parque, le da un patatús y la palma. Se hace el homenaje donde acuden los amigos o conocidos del profesor para rendir homenaje y contar las peculiaridades de cada uno que tuvo en vida con el difunto. En ese lugar se encuentran los dos personajes en disputa que llevan las riendas de la comedia. 



El primero, Marcelo, interpretado Marcelo Subiotto, da clases en la misma universidad del fallecido, anclado en las teorías del filósofo Jean Jaques Rousseau ( " el hombre es bueno por naturaleza"; "nace libre pero en todos lados está encadenado", unas de sus frases destacadas) y claro perdedor en todas las batallas dialécticas frente al segundo, Rafael, interpretado por 



Leonardo Sbaraglia ( siempre recuerdo su actuación en aquel corto de Damian Szifrón "Relatos salvajes", con una actuación portentosa) que dice ser discípulo del difunto y le dio clases aparece con un pinta de snob, realizando un discurso en alemán y dándoselas de avanzado en muchos temas. Sus teorías filosóficas se basan en Baruch Spinoza, judío holandés del siglo XVII que fue considerado el padre del pensamiento moderno y de la Ilustración y en él se apoya su discurso. Hay situaciones irrisorias, de cachondeo y, por momentos, parecía ver "El guateque" de Blake Edwards con  Peter Sellers en sus apuros desternillantes en aquella fiesta famosa. 




En definitiva, se producen dos frentes de trincheras diferentes; el profesor anquilosado en teorías caducas que no muestra ningún interés por cambiar, por modernizarse, sino que vive igual que hace veinte años, pero, al mismo tiempo, tierno, familiar y bonachón; frente al recién llegado que triunfa en sus charlas, es famoso y además tiene una vida social de la hostia.

Título original Puan

Año                2023

Duración        111 minutos

País                Argentina

Dirección        María Alché, Benjamín Naishtat

Guion              Idem

Música             Santiago Dolan

Fotografía        Helene Louvant

Reparto            Leonardo Sbaraglia, Cristina Benegas,

                         Marcelo Subiotto, Julieta Zylberberg,

                         Alejandra Flechner, Mara Bestelli,

                         Andrea Frigerio, Héctor Bidonde,

                         Claudia Cantero, Gaspar Offenhender,

                          Damián Dreizik, Lali Espósito.





Marcelo es un profesor de filosofía un tanto descuidado, incluso se duerme en mitad de las clases y los alumnos lo guían por donde se quedó de la lección. Rafael es todo lo contrario, un tipo escrupuloso, detallista y un tanto snob. Los dos polos son opuestos y entran en disputa. Estudiaron juntos, siguieron caminos diferentes: el primero se quedó en Argentina y no acaba de arrancar en su vida profesional, da la sensación que se ha estancado, en cambio, el segundo llega con aires de grandeza. Ya desde el inicio se ve que ambos van por diferentes caminos, pues se reencuentran en el homenaje al profesor fallecido. La historia sigue más a Marcelo, pues su desmadrada y descuidada vida  da más de sí. Hay momentos de risa cuando su culo, al sentarse, va a parar a un pañal lleno de mierda y puedes imaginarte lo que puede pasar después con su pantalón pestoso en una fiesta. Allí donde Marcelo es un patán que no sabe ni cantar, aparece de pronto Rafael para chafarlo, pues además de entonar bien sabe acompañarlo tocando el piano. Mientras el primero se queda en la más absoluto abandono. Por lo tanto, se gana a todo el personal de calle, mientras el otro se queda tirado en soledad. Ahora, se veía llegar, el profesor llegado de fuera quiere acceder a la plaza vacante de la cátedra del difunto y coinciden los dos en el mismo interés. La mayoría del claustro de profesores dice que es un fantoche y que va de listo y la va a liar, aunque siempre hay alguien que lo apoyará, puesto que piensa que entra aire nuevo de otros métodos diferentes llegados del extranjero que beneficiarán a la universidad. En estas, comprobamos que para completar el sueldo, Marcelo da clases particulares a una anciana ricachona que le paga muy bien, porque este mes hay retraso en el pago del sueldo y se gana la vida con otras actividades laborales. La situación es de lo más mezquina, puesto que mientras da la charla, la vieja se le duerme. Solo falta que Rafael dé una charla en el Aula Magma y le quite todos sus alumnos en su clase. Así ya empieza a liarse. Marcelo parece el pupas apestado, va desaliñado y se queda al margen cuando los alumnos piden un "selfi". Él se queda fuera de la foto, no interesa. Intenta estar a la altura de las situaciones que se le presentan, pero siempre fracasa. Continuamente quiere expresar sus teorías filosóficas, pero nunca acaba de tener éxito. En fin, siente que si su contrincante, Rafael, llega a la cátedra está fuera de la universidad desde el segundo uno. Así, Marcelo esta cagado desde el inicio de la película hasta el final. Es una historia graciosa del perdedor humilde frente al ganador pretencioso.

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