Jack Delroy, protagonizado por David Dastmalchien, es el presentador del programa televisivo Búhos nocturnos.
Se inicia a modo de reportaje biográfico: su ascensión a la gloria con una programación de actuaciones variadas desde juegos a entrevistas. Se busca romper con las estructuras para sacar frente a las cámaras aquello que nunca se ha visto y que dé la explosión final de máxima audiencia. Hablamos de "El último late nigh" de Cameron Caimes y Colin Caimes donde combina las noticias de los sucesos diarios e imágenes en blanco y negro para darle mayor veracidad a la historia. Habla de ese programa que persigue la audiencia allá donde esté y sobre todo la fama por medio de la risa idiota. Un público con cuatro carcajadas grabadas que suenan constantemente y un bufón que ameniza con varias chorradas y el presentador dando entrada a todo ello que se encuadra en una época de los setenta del siglo pasado.
Así años y años hasta que decae la audiencia y el presentador se haya de buscar otra cosa que remueva los cimientos de la audiencia. Por lo tanto, entra en antena ese personaje que rompe con todo lo visto hasta ahora. Como pasó aquí, en España, en el programa "Estudio Abierto" de José María Íñigo y la aparición del mentalista Uri Geller aquel mago que rompía cucharas con solo frotarlas, pero llegaba más allá porque el espectador era capaz de hacerlo desde sus casas. Se sucede el espectáculo, pero en los intermedios, en blanco y negro, se está jugando otra trama. Las tripas del programa afloran en ese momento. El show consistirá en un plató donde se muestran las burradas del personal con tal de captar la atención de un público hipnotizado. En fin, he de reconocer que al principio pensaba de qué va esta mierda, pero si eres capaz de aguantar, te engancha. Habla, en definitiva, de cómo entretener al personal de las casas después de un día duro de trabajo sin que sea necesario prestar demasiada atención y con un contenido que raya la idiotez permanente.
Título original Late Night with the Devll
Año 2023
Duración 93 minutos
País Australia
Dirección Cameron Caimes, Colin Caimes.
Guion Idem
Música Glenn Richards
Fotografía Matthew Temple
Reparto David Dastmalchian, Ian Bliss,
Laura Gordon, Flayssal Bazzi,
Ingrid Torelli, Georgina Haig,
Rhys Auteri, Josh Quong Tart,
Christopher Kirby.
El espectáculo televisivo de noche pretende alcanzar las cotas más altas de audiencia. Se basa en un presentador dicharachero con cierta labia que soltará sus monólogos picantes o satíricos para promover las carcajadas más allá de los espectadores presentes. Su carisma es el que moverá la maquinaria del éxito. Aunque nunca ha alcanzado la gloria de los primeros puestos. Ahora, en el momento de Halowell, con actuaciones estelares, el espectáculo subirá un punto de expectación y llegará a la ola de la fama total. Así, llega un tipo que dice conectarse con el más allá, con los muertos incluso con el diablo. El show del tipo consiste en adivinar qué le pasó a los muertos de los presentes, porque tiene conexión directa con el más allá. En los descansos, cuando el programa no emite para dar los anuncios, aparece el director y, en blanco y negro, se suceden las tramas internas. Continúa el programa y se une otro personaje que se encarga de desmontar las mentiras y los trucos baratos. Sigue presente aquel que decía visitar a los muertos. El nuevo participante es un incrédulo de toda la farándula de especulaciones de desapariciones contacto con los muertos y toda la retranca de fantasía diabólica. Así las cosas, entran nuevos participantes como una niña que se salvó del incendio en una secta satánica y enseña ciertas debilidades por el presentador. En esos descansos se advierte que no es prudente continuar en su estado fuera de sí, a lo que responde, el director, que es justo esto lo que busca y lo que más vende. Por lo tanto, tener entre las manos un producto que consiga audiencia no lo van a dejar escapar tan fácilmente. El demonio ha llegado a la escena de la mano de la endemoniada niña que escapó de la matanze sectaria. No se puede cortar el programa por mucho que se tema a vida de los presentes. Asoma en pantalla el esperpento de las masacres porque el diablo ha hecho su aparición y todo ello conectado con el espíritu de la esposa fallecida del protagonista. No se detendrá la grabación en directo: la audiencia es la audiencia. En definitiva, se centra en mostrar los dos extremos del tema paranormal: aquellos que creen y el tipo que considera que todo es un invento y una patraña de engañabobos. La acción se descarrila y se desmadra en sangrientas explosiones. Sin embargo, las víctimas y los sucesos macabras se van sucediendo como algo normal. Eso: un programa de televisión con un final siniestro.
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