miércoles, 18 de septiembre de 2024

Mamífera

 


"Mamífera" de Liliana Tores muestra naturalidad en los personajes lo que es motivo de seguir. La sencillez de las acciones se inicia con la relación amorosa de una pareja  de jóvenes ( 



interpretados por María Rodríguez Solo y Enric Aunquer).



 Hay complicidad y armonía entre los dos que en los tiempos que corren no es poco. La cámara se decanta por la chica que se prepara las clases de su nuevo trabajo. Se mueve por un barrio, Montbau de Barcelona, con casas de condición social baja. Asiste, después de las clases, a esas reuniones de amigas donde se aprecian ciertas diferencias lógicas de su edad. Cada una ha tomado un camino en la vida, pero el tema de los bebés, ella no tiene, ronda en el ambiente. Unas con criaturas pequeñas a cuestas y nuevas vidas que se cuentan o se critican. En esos momentos iniciales, muestra una relación con la vida placentera, sin ningún tipo de preocupaciones y entregada a su pareja, sin embargo, el hecho de no tener hijos es una taca que aparece en el propio ámbito social. Está rondando su mente a cada paso que da. La felicidad y el buen rollo de pareja se fracciona ante la indecisión de tomar otro camino frente a un embarazo no deseado. Aquí se inicia el agobio y el estrés por una decisión que cambiará su temperamento y su estado vital. 



En fin, ella no está preocupada por ser una mujer sin hijos, el problema asoma en cuanto el médico le comunica que está embarazada. Aquí se inicia el drama de la chica.

Título original Mamífera

Año                2024

Duración        93 minutos

País               España

Dirección        Liliana Torres

Guion             Liliana Torres

Música           Joan Pons

Fotografía      Lucía C. Pons

Reparto          María Rodríguez Soto, Ruth Llopis

                       Enric Auquier, Anna Alarcón,

                       Mireia Aixalá, Amparo Fernández,

                       Ann Perelló, Anna Bertrán,

                       Tian Tosas, María Ribera.




La historia cuenta la relación de una pareja. Es justo el momento en que ya está prácticamente desprendida de sus antiguas amigas. No tiene las mismas conversaciones, pues muchas de ellas tienen críos y el diálogo se decanta hacia un lugar que a ella le resbala. Todas han elegido un camino diferente y ahora la conexión es la del pasado, pero que se ve lejos. Ella se aproxima a los cuarenta y parece que el hecho de no tener hijos devenga en alguna enfermedad. Se le viene encima el típico comentario de "pasársele el arroz". Pero con una vida sana sexualmente y sin poner remedios, puede suceder que se quede embarazada y eso no es lo que ella esperaba, pues vivía la mar de tranquila sin la vida que se está formando dentro de ella sin quererlo. Los dos, la pareja, no quieren tener hijos así que se ponen en manos de una doctora para mediar en la interrupción de ese proceso que no quieren cumplir. Ella, antes de ejecutar su decisión, quiere saber por qué las mujeres muestran tanta pasión por los niños cuando ella pasa completamente. En cierta manera, se siente obsesionada por no tener esa pasión por los hijos que tanto demuestran las de su alrededor. Así, los sueños se tornan pesadillas que son imposibles de soportar. Se puede plantear que es una mujer diferente por tener un ser vivo dentro. Y ahora toca eliminarlo. Convive con la duda, por mucho que antes de embarazarse tenía claro que no quería hijos en su vida. Así, la trama se centra en escrutar las dudas de una mujer que no quiere ser madre, pero, por casualidad, se ve embarazada y el entra el vértigo de aceptar una responsabilidad de ser madre que tenía siempre como descartada. Sus indecisiones las contrastará con amigas que ya han pasado por esa decisión. Ella confiesa que ante esa situación tiene miedo y él le da la solución de esperar un poco más. Pero esto la va a hacer sufrir más todavía. Aquí se abre el melón de lleno: estamos muy bien, pero con el niño igual estamos mejor y es una ocasión que no se puede dejar pasar. Sí ahora o nunca más. Trata, por tanto, afianzar su posición de no tener el hijo con sus consultas de amigas, incluso su madre, pero como sucedía con su compañero, todos rechazan su tozudez de no tener hijos. Así, por mucho que la empujen a tener el niño, ella desistirá, porque su vida no la moldea nadie y  considera que un pitufo cambiará el rumbo de su destino. De hecho, ya se ha producido porque lo más probable es que rompa con su compañero. Éste siente cierta debilidad por cambiar de opinión y querer el niño. Finalmente, de la misma manera que la mujer tiene depresiones de ver que se le acaba el periodo de gestación y no ha conseguido tener un hijo, en este caso plantea todo lo contrario y la putada viene de ese embarazo inesperado no deseado que le ha destrozado la vida. Ella deambula con la decisión de tomar el camino mas acertado, una acción que dará al traste con una experiencia única en la vida, pero mantiene su decisión hasta el final, caiga quien caiga.

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