Priscilla

"Priscilla" de Sofía Coppola ( se podía intuir en sus inicios que su tío, F.F. Coppola, le había empujado o enchufado en el mundo del celuloide, pero nada más lejos de la realidad, ahí está la formidable "Lost in Translation" con los maravillosos Bill Murray y Scarlett Johansson, después vendrían más títulos con su sello particular) mide con precisión hasta el último detalle con la sutileza de los personajes, la música, vestuario, con unos tonos apagados y un estilo propio. 

El título ya nos da las pistas de qué irá la peli, de Priscilla, interpretado por Cailee Spaeny ( la joven periodista que sufre en "Civil War" de Alex Garland),  la que será mujer del famoso Elvis Presley, el rey del rock, interpretado por Jacob Elordi ( interpretado por el guaperas ricachón en la película "Saltburn" de Emerald Fennell). 

Se detiene justo en el momento en que la conoce, en Alemania, en una base del ejército norteamericano por el año mil novecientos cincuenta y nueve. Él ya ha sido por esas fechas, en años anteriores, número uno en ventas, pero interesa que se pula como buen norteamericano en una base del ejército. Supongo, decían sus allegados,  que para que se le quite el vicio de los movimientos de cadera que eran mal vistos. El tema parte de los inicios de las relaciones amorosas de la que será su posterior mujer que, su padre, capitán del ejercito, en un inicio, no le deja asistir a la fiesta de Elvis ( están todo el tiempo de farra), pero inciden otros soldados para convencerlo y al final va. Priscila es para el famoso un juguete más, un capricho de un día que lo complementa junto a sus juergas constantes de su casa. Así, ella lo quiere profundamente, pero él la tiene como un antojo y la mantiene a su lado mientras va creciendo. En sus ausencias, por rodar pelis en esa época, ( "Cita en las Vegas" de George Sidney) aparecen los celos bien fundados porque salía en las revistas del corazón con la actriz que rodaba en ese momento Ann Margret. Con todo, no estaría nada mal visionar la cinta "Elvis" de de Baz Lurhrmann, allí el enfoque recaía directamente en su manager Tom Parker, el llamado coronel, interpretado por Tom Hanks, el cual aquí asoma constantemente en llamadas telefónicas con el sobrenombre.

 

En fin, Coppola retrata como nadie la biografía de la mujer del legendario Elvis Presley. Su enamoramiento la llevó a quemar las naves de su adolescencia esperando una llamada de su ídolo hasta que lo consiguió. Al final, amar al hombre que es deseado por todas las mujeres solo producirá celos y mal rollo a la pobre Priscilla.

Título original Priscilla

Año                2023

Duración        112 minutos

País                Estados Unidos

Dirección        Sofía Coppola

Guion              Sofía Coppola

Memorias        Priscilla Presley

Música            Proenix

Fotografía       Philippe Le Sourd

Reparto          Cailee Spaeny, Jacob Elordi,

                       Emily Mitchell, Kamilla Kowal,

                       Ari Cohen,  Deanna Jarvis,

                       R.Austin Ball, Luke Humphrey,

                       Kelalah Guiel, Jorja Cadence,

                       Stephanie Moran, Katie Garyfalakis.  

                   

El primer encuentro de Priscilla con Elvis se produce en una fiesta que él da a su séquito. Es popular a los veinticuatro años y rico. Ella, con diez años menos, es todavía una menor que se debe a las consignas del padre también soldado del ejército norteamericano. Mantiene, en el primer encuentro, una conversación de adulto y niña. Hablan del cole y poco más. El personal está exaltado con ese tipo que toca el piano y canta de maravilla. Siempre va acompañado de una comitiva que lo vitorea.  Ella, a lo lejos, sentada en el sofá, parece salírsele el corazón de sus entrañas cuando lo mira. Como muchas otras adolescentes está locamente enamorada del ídolo.  Se siente enamorada hasta la médula, de tal manera que parece levitar allá donde está él. Nada le importa tanto como su amor y las clases o lo que le dicen en el colegio le resbala. Así las cosas, vive en una casa muy disciplinada donde su padre no dejará que su hija, menor de edad, que quede constantemente con el famoso por mucha pasta que tenga. Elvis se ve en la necesidad de acudir a su casa para explicarle las intenciones buenas que lleva con su hija. El capitán, padre de Priscilla, en conversación personal con él, no lo acaba de entender y se lo dice: " pero si se te abalanzan infinidad de chicas encima de ti, qué quieres de mi hija" El padre marca unas normas férreas, la recoges tú y a las diez en casa. Sin embargo, llega la hora de marchar a Memphis, residencia del cantante, y la deja ahí, hipnotizada y enamorada durante varios años hasta que a Elvis le viene el capricho de acordarse de ella, después de tres años, y la llama para que vaya a su casa. Allí que llega, una mansión descomunal y con criados y ,cómo no, con los palmeros jaleándolo. Elvis se la lleva cuando quiere y donde quiere le pone el caramelo en la boca, disfruta en las Vegas, y cuando se cansa de ella la envuelve en papel de regalo y para su casa. Por un lado, sus padres entienden que su hija quiera rodearse de la opulencia, el bienestar y la riqueza que rodea a Elvis, pero ,por el otro, sienten miedo por el momento en que el astro se canse de ella y la deje tirada en la miseria. Como nota positiva, cuántas fans hubieran deseado haber vivido un solo minuto de los que ella vivió al lado de su mito. Allí, en esa relación, observamos las frivolidades de una sociedad, por ejemplo, regalar una pistola a su enamorada como si de una joya se tratara. Es el momento en que las putas pastillas de anfetaminas empiezan a minar al cantante. Así las cosas, con el rodaje de las películas y el contacto de las actrices, los periódicos se hacen eco de las relaciones que mantiene el ídolo con varias mujeres. Ella no lleva bien los cuernos de las publicaciones. El mito  de las masas le dice en pleno rostro si lo va a saber llevar, lo de las bañas, claro. Ya no le queda otra que en medio de ese mobiliario rococó, después de haberse casado, se conforme con la compañía de la perrita blanca y sepa llevar los cuernos con dignidad porque lo quiere. Pero siguen cayéndole las mujeres en los brazos del roquero que pica el anzuelo sin cesar. Tienen un hijo, pero la relación no chuta y todo acabará en poco tiempo igual como empezó. Finalmente, vemos el maltrato dado a la joven por ilusionarla al máximo en ese fracaso de relación. Más que una amante era una adolescente que la llevan y la traen como a un juguete. Por lo tanto, muestra a una divinidad enganchada a las drogas que tiene el capricho de mantener a su lado una muñequita que mueve a su antojo. Ella, en cambio, se ve  entregada a su amor platónico que debe compartir con todas las fans que se la pegaban a la bragueta.