El tema de una película es la esencia principal para que nos enganche o no. Luego veremos el tratamiento o el ritmo que muestra el director. En este caso, sin apenas saber nada ya intuimos un conflicto familiar. "La casa" de Alex Montoya, sacada del libro de Paco Roca ( se creó una excelente película de animación de uno de sus cómics "Arrugas" del director Ignacio Ferreras), sitúa la acción dentro de una herencia envenenada, una casa familiar, donde vivieron en tiempos pasados la familia. Ahora, se plantea el problema de venderla con todos los recuerdos dentro. Así, se inicia con un anciano, entre una puerta y moviendo bolsas con un huerto medio abandonado y un reloj que marca el tiempo. La elipsis del paso del tiempo, de la muerte y de una casa vacía da entrada a los primeros participantes de esa familia que aparecen en ella junto al resto que hacen su aparición.
Por lo tanto, dentro se revivirán tiempos pasados y momentos del futuro, refriegas y constantes disputas. En formato diferente se van intercalando los recuerdos de la infancia, momentos que están todavía en el disco duro del pensamiento y que rebrotan al calor de la casa.
El padre, esa figura que está en la mente de toda la familia, desde la nieta hasta sus hijos, está representado por el actor Luis Calleja. En fin, la casa semi abandonada está cargada de nostalgia del pasado. Los objetos que se amontonan quieren mostrar un protagonismo principal de ese recuerdo.
Cada rincón se ofrece. Inicia el recorrido el hijo, encarnado por David Berdaguer ( "Saben aquell" de David Trueba) que se encarga de poner apunto los desajustes: persianas rotas, el riego alas plantas, hojas por todos los lados. Un poco de orden en ese lugar semi abandonado.
Título original La casa
Año 2024
Duración 83 minutos
País España
Dirección Álex Montoya
Guion Álex Montoya
Joana M. Ortueta
Novela Paco Roca
Música Fernando Velázquez
Fotografía Guillem Oliver
Reparto David Verdaguer, Luis Calleja,
Lorena López, María Romanillos,
Olivia Molina, Miguel Rellán,
Marta Belenguer, Jordi Aguilar,
Tosca Montoya, Paco Roca,
Amparo Oltra, Arantzazu Pastor,
óscar de la Fuente.
La casa que compró su padre para veranear, ahora, pasados los años y sin el patriarca, va a recibir a los herederos. Allí se verán las caras hermanos y cuñados. Los recuerdos del pasado son motivos de discusión. Las cosas han cambiado para todos: a unos les ha ido bien y a otros no tanto. Pronto aparecerá el vecino de turno, el chismoso que cotilleaba y sabía todo de la familia. Repasan los álbumes de fotos y el quisquilloso vecino pronto se mete con él que si era el hijo escritor que tanto presumía de ti. Se mete donde no le llaman, ¿ y por qué no os quedáis la casa? Ese amigo de su padre sigue contando la vida de su padre que si fue chófer de varias empresas y de niño paso mucho hambre. Empiezan a aparecer hermanos a la casa y, como el primero, todos se quedan hipnotizados en un rincón de la casa que les conduce a su infancia al almacén de los recuerdos. Así las cosas, la casa es una ruina, se cae a trozos y se ha de adecentar para venderla. La decisión está tomada, por mucho que insista el vecino cotilla, hay que venderla. Los piques entre los dos hermanos se suceden y llegado el momento de hablar sobre la venta de la casa, la explosión es inmensa. En el fondo subyace la rivalidad entre hermanos, quién ha podido avanzar o superarse en la vida, cuál ha conseguido mayores triunfos. Porque los negocios, al hermano mayor, no es que le vayan nada boyantes. La siguiente fase es la de las recriminaciones que por qué no estuviste en la enfermedad del padre. Eso es lo que produce la comida cargada de vino en la mesa. Se recriminan las típicas disputas entre hermanos que si yo hice más que tú por papá, que si no estuviste a la altura. En fin, los personajes van a su rollo y los objetos que se encuentran almacenados en esa casa llevan a los recuerdos de un pasado que siempre fue mejor. Pretende sacar a flote los recuerdos de las entrañas. Pero, cuando se espera mucho y se obtiene menos, justo entonces te decepcionas. Eso, no acaba de conmover lo que pretendía, al menos en mi caso. No sé.
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