El inicio muestra un espacio rural en la época de los años ochenta y en concreto en el ochenta y dos justo en el momento en que ha ganado las elecciones el partido socialista de Felipe González. Todo ello se ve en las calles y en la euforia de sus votantes. Se quiere mostrar nuevos aires en la vida social frente al sistema con estructuras franquista y un tanto enquistado. En ese ambiente de jolgorio van los protagonistas a Madrid casi en clandestinidad porque pretenden ocultar lo que van a realizar a la capital. Esa joven, interpretada por Sofía Milán, y su madre se sienten decididas, pero con recelos por lo que pueda suceder.
No es necesario muchas más pistas para enfrentarse a la trama de un embarazo prematuro y una aborto a escondidas. Es un tema ya muy manido con poca capacidad de sorpresa. En este caso, es la Iglesia quien se hará responsable del aborto. Siempre, por supuesto, al cuidado de Dios. Las operaciones están salvadas y ellas, las monjas, se preocuparán de darle una vida próspera al bebé o una salida beneficiosa para ellas como ocurría en numerosas ocasiones. Por lo tanto, como ese ser minúsculo ya es un ser vivo, según su religión no pueden quitarle la vida y se encargarán de darle un futuro. Recuerda en cierta manera "La maternal" de Pilar Palomero donde un grupo de adolescentes estaban embarazadas e ingresadas en un centro de atención especial, allí se producían todo tipo de enfrentamientos. Ahora nos trasladamos en el tiempo hacia atrás y son las religiosas quienes controlan la situación. En fin, apreciamos, desde el primer momento, que ese afán de hacer el bien divino va encaminado a un tráfico interesado y económico a la venta indiscriminada de bebés.
Título original Alumbramiento
Año 2024
Duración. 101 minutos
País España
Dirección. Pau Teixedor
Guion. Lorena Iglesias, Pau Teixedor
Música Petre Bog
Fotografía Pepe Gay de Liébano
Reparto Sofía Milán, Laura Gómez Lacueva,
María Vazquez, Carmen Escudero,
Celia Lopera, Melena Gutiérrez,
Victoria Oliver, Paula Aguiló,
Eloisabet Hereu, Alba manuera
Miriam Rubio, Claudia Pellicer.
El aborto siempre ha estado prohibido en muchos países, incluso penado o castigado por las leyes retro, en esta ocasión se busca una solución alejada de las miradas de las gentes del pueblo. Se acude a la iglesia, a veces se veía que un médico de poca reputación o un veterinario era capaz de aplicar técnicas de aborto con posibilidades reales de que la chica falleciera por las condiciones del local o las técnicas precarias aplicadas. Así, en este caso, son las monjas las que facilitarán la operación. Llegan en la más absoluta clandestinidad y, después de un reconocimiento médico, se debe quedar ingresada durante un tiempo y apartada de su madre y su entorno rural. A la joven embarazada le toca convivir con compañeras de viaje, aquellas adolescentes que están en su condición y se les quiere dar una solución al parto. Sin conocerse, se unirán con ciertas disputas. Ellas no están preparadas para afrontar esa situación anómala en su cuerpo, el embarazo, por su temprana edad. Entre las jóvenes se producen enfrentamientos y riñas violentas. Están intranquilas, nerviosos y fuera de su ambiente en una edad temprana y a la mínima saltan. Las tareas se suceden en limpiar, barrer, ver la tele en grupo y asistir a misa. Pasan el trauma de que sus novios, alguna no es el novio sino su propio padre que las ha violado, no quieran asumir la carga del niño que va a nacer. Están delicadas y pasan por un momento depresivo y el lugar no ayuda nada. Entre todas intentan ayudarse o darse un cierto consuelo. La trama se detiene en el trauma que viven esas jóvenes. La conclusión viene a la hora de dar a luz que se sienten poco preparadas y menos atendidas, además de ver que se llevan al bebé a un destino desconocido para la reciente madre. La solución está en escapar del centro, pero eso puede ser peor todavía que quedarse. No les queda nada para pasar el tiempo ni escapatoria alguna y están a disposición de las lobas religiosas. La única salida a las penurias está en dejar de existir. Así las cosas, las adolescentes pasarán el trauma del parto y una posterior desaparición del bebé sin motivos aparentes. Por lo tanto, ese camino de embarazadas que les espera está plagados de espinas hasta el final. En fin, se tiene la sensación de que no acaba de arrancar con la problemática que sabemos de memoria: los traumas de unas adolescentes por su condición de embarazadas y encerradas en un sistema precario y poco empático con ellas. La película concluye con un final realmente dramático, no podía ser de otra manera.



No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página