"Sueño de trenes" de Clint Bentley se sitúa a principios del siglo pasado en las montañas del oeste norteamericano. El narrador va introduciendo la vida del personaje, interpretado por Joel Edgerton, desde su infancia, que no acaba de saber quienes son sus padres biológicos, hasta el repentino enamoramiento con una joven.
El tipo trabaja para las compañías del ferrocarril donde dan forma a unas vías construidas de madera sobre ríos caudalosos. Allí se le va la vida y se producen agresiones injustificadas sobre inmigrantes chinos que él no acaba de entender. Con un formato 4:4 y unas imágenes poderosas de unos bosque de árboles impresionantes se va desarrollando pausadamente el camino de ese hombre silencioso.
En fin, hay mucho amor, en calor de una vela y su movimiento pausado en una casa de madera; la naturaleza del árbol que cae después de ser talado como un ser vivo que ya no restaurará más el aire y la sencillez de una historia. Por momentos, da la sensación que vemos un documental de naturaleza. Es un canto a la amistad, al amor a lo humano. Va directamente a las plataformas sin pasar por el cine.
Título original Train Dreams
Año 2025
Duración 102 minutos
País Estados Unidos
Dirección Clint Bentley
Guion Clint Bentley, Greg Kwedar
Novela Denis Johnson
Música Bryce Dessner
Fotografía Adolpho Veloso
Reparto Joel Edgerton, Felicity Jones,
William H. Macy, Kerry Condon,
Nathaniel Arcand, John Diehl,
Clifton Collins, Will Patton,
Paul Schneider.
La historia es un tanto caótica y se va contando con cierta anarquía. Lo que explica es la trayectoria incierta del personaje entregado de lleno a su trabajo de la construcción de las vías del ferrocarril. Con largas temporadas fuera del nido familiar por el trabajo lejos de su amada y ,cuando llega el encuentro, la fusión entre los dos se hace emotiva. Es como el guerrero de la Edad Media que vuelve de una batalla con la pasta en la mano de los beneficios obtenidos en las batallas, después de una doloroso trabajo. En esa casa reina un ambiente de bondad que parece que hayamos traspasado la raya de la tierra y nos encontremos en el Cielo. Pero se rompe el encanto en cuanto aparece el narrador que lo manda de nuevo a la guerra del ferrocarril. Se suceden las tareas en pleno bosque talando árboles que según hacia donde caen se lleva la vida de alguien y los currantes duermen en el suelo en tiendas de campaña recuperadas de la guerra de Secesión. Y vuelta del guerrero a casa con el hijo más crecido. Aparece el problema; una familia en la distancia continuada no tiene futuro por la falta de amor en. Por lo tanto, las condiciones de esa separación forzosa hace todavía más placentero el encuentro que sea como una locura y deseen de nuevo el momento del reencuentro. En cierta manera, refleja ese trabajo duro en medio de la naturaleza de los días de sierra a mano con la relación humana de enfrente del compañero que ayuda a talar y de noches alrededor del fuego y las estrellas, descansando en la tierra Se pasa semanas y semanas en esas condiciones por un puñado de dólares. Pero la naturaleza no es siempre un bálsamo de belleza, porque es imprevisible y una rama cae del cielo llevándose a su mejor amigo o un incendio devasta su casa, pero su familia no se encuentra allí y puede desaparecer para siempre. Los ecos y los sueños de su mujer e hija lo perseguirán el resto de sus días. Pasado el tiempo, el deterioro del personaje, que ya no es joven para agarrar un motor sierra, se hace presente. Cae al menor tropiezo, ya se siente demasiado viejo para llevar a cabo esa tarea de leñador de tanto esfuerzo y llega su decadencia final. En definitiva, el fondo dramático llega con su vejez, la pérdida del ser amado y el paso del tiempo por no poder realizar las tareas de la montaña. Es el espejo de la vida que nos toda sufrir. No hay intriga, sino sensaciones, instintos, sencillez de imágenes. Se quiere que el espectador se baje del ambiente encabronado que reina en la sociedad actual mediante unas imágenes poderosas de ambientación, de iluminación espiritual que llegan a lo profundo. Por poner una pega, en ocasiones es molesto las interrupciones del repiqueteo del narrador que interrumpe los silencios y las pausas de la bella naturaleza.



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