viernes, 22 de septiembre de 2023

Utama


Las imágenes de "Utama" ( Nuestro Hogar ) de Alejandro Loayza Grisis  (premio del Público en el festiva de Sundance de 2022) se  clava con intensidad en la pupila por  la rudeza rural del basto campesinado de la zona del altiplano boliviano. Recuerda en cierta manera a aquel matrimonio abocado a la desaparición, porque ya nadie quería vivir en aquel lugar de aquella película peruana de Óscar Catacora llamada "Wiñaypacha". Ancianos ofuscados en agarrarse a una tierra que ya no da suficiente para vivir a una edad que ya no se tienen fuerzas. Aquí, también la edad y el abandono de los hijos hace estragos en la población. Conviven él, interpretado por José Calcina y su mujer, por Luisa Quispe, en absoluto silencio y cuando hablan lo hacen en aimara la lengua de sus antepasados que ha resistido en el tiempo, hasta saber cuando, seguramente hasta que ellos desaparezcan, junto a un rebano de llamas  encerradas en un cobertizo hecho de piedras.

En ese desierto todo es austero: las paredes de barro, los espejos son trozos de cristales, los cacharros de cocina están descantillados. El paso del tiempo se hace notar en ese ambiente. 

Se preocupan del día a día y hablan de las cosas cotidianas: "volverás pronto de sacar a las llamas porque hemos de sembrar". La acción transcurre en el quehacer rural y diario de esa pareja. Observamos precariedad en los movimientos, personas que malviven en un medio hostil, sin agua ni recursos de subsistencia, pero llevan la costumbre de sus antepasados como una mochila a cuestas y jamás la abandonarán por mucho que llegue un invitado nuevo: el nieto que quiere, por todos los medios, arrastrar a sus abuelos hacia una zona más confortable. Pero su medio es este y la ciudad sería, por mucho confor que hubiera, el enemigo.

Sin embargo, el chico, no lo conseguirá porque ellos vivirán y morirán allí donde lo hicieron sus antepasados. En definitiva, son personas mayores que viven al margen del mundo mantienen el mismo semblante rústico del entorno y no les importará su destino, porque sienten el peso de los años como una losa que los va enterrando poco a poco y eso justo es lo que quieren: perecer por siempre en ese lugar.


Título original Utama

Año                   2022

Duración           87 minutos

País                  Bolivia

Dirección          Alejandro Loayza Grisi

Música              Cergio Prudencio

Fotografía          Barbara Álvarez

Reparto              Luisa Quispe, José Calcina,

                           Santos Choque.

La cámara sigue con detenimiento a los protagonistas de ese sequeral donde aguantarse de pie ya es una heroicidad. Su mundo pasa por sobrevivir un día más. El terreno es árido y no hay agua, pues en estas condiciones la posibilidad de  subsistencia es limitada. Por lo tanto, no hay mañana que valga, porque se vive el hoy. El futuro, mañana mismo, no está muy cercano, sino lejos, y no está nada claro que se pueda llegar a él. En ese entorno sin una miserable planta alrededor el protagonista se levanta temprano para pasear el ganado, unas llamas que llevan unos lazos de colores rojos en las orejas para que no puedan extraviarse ni confundirse con otras del lugar. Las preocupaciones por el agua no son las mismas que las del nieto que acaba de llegar y está siempre con el móvil en la mano. Se encuentra fuera del mundo de los ancianos. Ese chico joven habla castellano y ya se siente  desprendido completamente de las costumbres de la zona. Anda con tejanos y unos auriculares pegados a las orejas. No es de este mundo y quiere arrastrar a sus abuelos a la ciudad para cuidarlos, pero ellos se niegan, pues su tierra es aquella que pisan día a día.El choque de culturas es evidente, mientras que el anciano cree que ha llegado al lugar porque le han infringido un castigo, el joven argumenta que ha venido porque quiere verlos. El abuelo intenta, mientras llevan los dos a pastar a las llamas, mejor a pasear, porque no existe tal hierba. Allí, el anciano le comenta las afinidades o las comparaciones de su vida con la de el halcón que cuando ya es viejo se sube a lo alto de una montaña, cierra las alas y se tira por el vacío de la pendiente. Ellos, sus abuelos, harán lo mismo: desprenderse por el precipicio de la zona y morir en la caída. Sin embargo, el joven no cesa en la intención de llevarlos  camino a la ciudad. Cuidarlos porque su abuelo se encuentra enfermo y necesita de un médico. En ese estira y afloja se producen acontecimientos que se realizan en la zona para pedir agua a los Dioses como por ejemplo el sacrificio de una llama con otros ungüentos para pedir que llueva ya. En fin, asistimos a una forma de vida y una cultura que se acaba. Es el declive final de esos habitantes que se niegan a abandonar las tierras que los vio nacer. Los pocos habitantes que quedaban se marchaban, pero él es muy tozudo, pues aunque está enfermo se resiste en hacer caso del nieto. La tierra es polvo y ya no puede producir alimento alguno, pero ellos resistirán y nadie les moverá de su espacio en que los vio nacer.















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