miércoles, 12 de marzo de 2025

Marco


 



"Marco" de Aitor Arregui y Jon Garaño ( directores de "La trinchera infinita", relato de un topo de la guerra civil española, oculto detrás de un armario durante infinidad de años y viendo la vida que pasa por un agujerito sin salir de allí por miedo a que le den un tiro por republicano, o "Loreak" excelente película que relata la historia de un enamorado fallecido que manda flores a una chica y ésta quiere averiguar quién es el enamorada) es la historia de un embustero, pero al mismo tiempo es la vida de todos los farsantes que somos los humanos. Quién no se ha inventado una mentira para salir del paso o porque sencillamente se creyó que pasó así. Gabriel García Márquez decía: "la vida no es como pasó, sino como la recordamos". Luego un gran embuste, pero qué más da si nos la creemos como sucede con el personaje y más aun si el personal de alrededor se la cree también. Es decir, el relato que llevamos en la cabeza que será el que contemos a nuestros amigos o familiares, siempre es una amalgama de rectificaciones y de historias adosados al cerebro que se van modificando conforme pasa el tiempo y que acabarán modificando la realidad, porque la realidad somos nosotros con los cambios que nos trasforma el paso del tiempo. Eso es una realidad modificada, falseada y adaptada a nuevos tiempos. Por los tanto, la vida de las personas adapta una mentora a su vida y con ello es más famoso. Es cuestión de unificar de fusionar uno con el otro y si con ello sales de la miseria como le sucede al mentiroso de Marco, pues perfecto. Así, mientras los hechos van  por un lado, el relato de la vida que crea cada cerebro va por otro. El ejemplo más universal lo vemos en "El Quijote" de Cervantes que el personaje se cansó de vivir la vida de leer y se echó al campo a vivirla en sus propias carnes, pero lo hizo de una forma desfasada y fantasiosa, irreal tal y como la tenía en su propio cerebro cargada de ficción de monstruos y de caballeros andantes. Su vida no era la real, sino la de ficción aquella que tenía en su propio cerebro enfermo. Y con ello fue feliz, pese a que los demás lo veían como un loco, mientras él era dichoso.




 Así, Enric Marco que arranca el inicio de la cinta en el 2005 justo cuando se va a celebrar un evento importante, interpretado por el excelente Eduard Fernández ( premio Goya 2025 a la mejor interpretación), en esta ocasión, con las ganas de salir del anonimato se inventó la historia de que estuvo en un campo de concentración nazi y con ella intentaba ser una figura importante. De hecho recibió una medalla de honor de arte de parte del gobierno que le obligaron a devolver cuando se descubrió que todo lo que decía era inventado. Después de descubrir su mentira y con toda la opinión pública encima de su persona, él seguía afirmando que aunque no estuviera allí, hacía un favor porque le daba visibilidad a aquellos desgraciados que tanto sufrieron. Es capaz, incluso, de enfrentarse en persona al escritor Javier Cercas en la presentación de su libro "El impostor" que trata el tema de cerca.



 En fin, el personaje siguió durante el resto de su vida, pese a que su hija le pedía explicaciones por su gran mentira, en su postura. Por eso, él seguía diciendo que había estado en la cárcel y que había pasado grandes penalidades y había contribuido a difundir uno de los hechos más macabros de la historia de las guerras.

Título original Marco

Año                2024

Duración        98 minutos

País                España

Dirección        Aitor Arregui, Jon Garaño

Guion             Aitor Arregui, Jon Garaña

                       Mari Goenaga, Jorge Gil

 Música           Aránzazu Calleja

Fotografía       Javier Aguirre Erauso

Reparto           Eduard Fernández, Chani Martín,

                        Nathalie Poza, Daniela Brown,

                        Sonia Almarcha, Fermí Reixach,

                        Vicente Vengara, Jordi Rico,

                         Julia Molins, Iñigo Gastesi.

                        

  


                      


El protagonista, Enric Marco, es un contador de historias convincente, ya desde los altercados universitarios de la década de los sesenta. De hecho, anteriormente ya era presidente de la CNT, su relato parte de esta fecha cuando un alumno comenta, con una carpeta llena de fotografías y documentación, que no se habla nada, en los periódicos ni noticieros, de los campos de concentración nazi de Flossemburg, donde murieron varios españoles. Aquí, el protagonista, ve un filón para pasar del anonimato a ser una persona relevante, mientras se puede hacer pasar por un mártir de los campos de concentración nazi. Esto le viene a la cabeza y se lo estudia para tener un discurso convincente y pasar como uno de ellos, ya que es difícil que ninguno de los prisioneros pueda vivir actualmente y que descubra su farsa. Así es como recompone el relato, visitando el lugar de los hechos y haciéndose fotos y pidiendo un justificante conforme él había estado allí. Incluso ve en la lista un nombre parecido al suyo que dice que es él e intenta modificar a mano para tener algo con lo que entregar a la asociación de prisioneros de campos de concentración, de la cual él es el presidente. Así las cosas, llega el momento cumbre cuando se organiza una convención donde se rendirá homenaje a los asesinados de los campos de concentración nazi, en el año 2005,  con la visita del presidente del gobierno español, Zapatero, que ha dicho que asistirá. Y se siente orgulloso de tal visita y de encomendarse a un discurso que lo catapulta a la popularidad internacional. Sin embargo, surge un problema imprevisto y es que un historiados, Benito Bermejo, lo llama para decirle que pare sus embustes porque se ha dado cuenta de que él es un farsante y nunca ha estado en un campo de concentración. Ahora que iba a dar el discurso e iba a triunfa como un orador y un héroe de guerra se derrumba todo. Intenta callar la boca del historiador, pero no lo consigue. Su vida da un vuelco, porque le dan la espalda y se queda marginado, aunque, pese a las presiones de la familia y los amigos, nunca abandonará su posición ya que es un relato que lo tiene en su cerebro y él cree ciegamente que ha estado allí. Su cerebro está tan contaminado de ese falso relato que por mucho que insistan de que él nunca estuvo allí, no conseguirán convencerlo. Finalmente, le cierran el paso al discurso de su vida delante del presidente del gobierno y su declive es consistente, pero seguirá con su relato a cuestas hasta el final de sus días, porque es su única verdad, pese a que para el resto de los mortales sea una mentira.



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