"Septiembre 5" de Tim Fehlbaum es una historia verídica sobre los Juegos Olímpicos de Múnich del año 1972 entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre Se inicia a modo de documental, cuando los medios digitales y las coberturas informáticas están lejos de la actualidad y muestra los prodigios de unos juegos en directo a todo el mundo por medio del satélite.
La historia se desarrolla desde las tripas de American Broadcasting Company ( ABC, compañía puntera de televisión) y desde allí retransmiten los eventos de esos juegos en Alemania. Sin embargo, no destacó por un tema deportivo, sino por un hecho que los periodistas no sospecharon y no dejaron pasar: fue por el atentado de dos palestinos que se cargaron a dos atletas israelitas. La fecha fue el 5 de septiembre que lleva el nombre de la peli. En la cinta, los comentaristas deportivos dejan de lado las marcas, año en que Mark Spitz se llevó todas las medallas de oro en natación, y se decantan hacia el atentado terrorista. El evento estaba controlado por multitud de cámaras, con los medios del momento, claro, que mostraban cada instante del triunfo o del fracaso.
La historia se desarrolla desde la sala de máquinas de proyección de los juegos. Pero las acciones deportivas pasaron a segundo término y la trama se decanta hacia ese secuestro contado en tiempo real. En fin, ellos, los informadores, querían emitir imágenes que impactaran al mundo, pero nunca pensaron que serían de este tipo.
Título original September 5
Año 2024
Duración 95 minutos
País Alemania
Dirección Tim Fehlbaum
Guion Moritz Binder, Alex David
Tim Fehlbaum
Música Lorenz Dangel
Fotografía Markus Forderer
Reparto Peter Sarsgaard, Ben Chaplin,
John Magaro, Benjamin Walker,
Leonie Benesch, Georgina Rich,
Zinedine Soualem, Coney Johnson,
Marcus Rutherford, Daniel Adeosun,
Ferdinad Dorfler, Solomon Mousley,
Caroline Ebner.
Los Juegos Olímpicos de Múnich se viven detrás de las cámaras. Desde allí se retransmitirán las noticias destacadas y el directo de los juegos. En ese entramado de cámaras se encuentra el personal del grupo que controla las imágenes, que pretende meter polémica como sea, con las entrevistas a los ganadores para tener mayor audiencia. Así, un periodista atiza el fuego con la pregunte conflictiva al nadador de las siete medallas de oro, Spitz, que es judío, para encender el fuego de la polémica, y cómo le sienta ganarlo todo en la tierra de Hitler. Se pretende meter el dedo en la llaga y dar espectáculo al margen del deporte. Se pretende disparar la audiencia como sea y vender cabeceras de periódicos. En otros deportes también intentan manipular la información, por ejemplo entre dos boxeadores. Estados Unidos contra Cuba en un momento caliente de la política de ambos países. Sin embargo, esos juegos de la perfección, que se retransmiten a todo el Planeta, se pueden ir al traste en el momento en que suenan unos disparos y se comenta que hay rehenes en el lugar donde están los deportistas israelitas. En ese centro de información deportiva se ha vuelto, de pronto, en reporteros de guerra, pues se encuentran a unos metros del secuestro, y los palestinos amenazan con matar a un deportista israelita si no sueltan a los suyos, en su país. Al margen de lo que ocurra en el deporte, ahora lo que interesa es dar la información exacta de quién hay dentro del recinto donde tienen secuestrados a los israelitas y todo lo que sucede ahí. Eso es el foco de una noticia que los periodistas deportivos, aunque no sea un tema suyo, no pueden dejar escapar: oro informativo. En ese espacio cerrado de comentaristas, cámaras, reporteros y técnicos de todo tipo se hacen comentarios insultantes hacia los árabes y se crean un conflicto porque entre ellos hay personas de esa procedencia. Les advierten que vigilen los términos con que se expresan y no digan terroristas a unos deportistas antes de saber la información cierta. Otros medios, que están más alejados del evento, los tildan de periodistas deportivos de baja calidad, diferente a los de los noticiarios. Pero el jefe de periodistas lo tiene claro: ellos están a cien metros de donde sucede el espectáculo y serán los que metan la nariz de las cámaras dentro del atentado criminal. Esto va de contar la historia en tiempo real, no como los de las noticias que lo harán en tiempo pasado. Por lo tanto, infiltran un cámara con documentación de deportista para que grabe imágenes de los terroristas desde una distancia relativamente cerca. Aquí se abren varios problemas, emiten o cierran la cámara, porque hay quien está en contra de que dentro de muy poco se oiga el primer disparo con la muerte de un deportista israelita y para entonces los padres ya pensarán que su hijo ha muerto, por eso, mejor no emitir. A todo esto, los juegos siguen su programación como si no pasara nada, mientras continúan dándose hostias entre las cadenas de televisión CBS y la ABC para emitir el atentado que ha desplazado al deporte. Finalmente, los juegos corren el riesgo de anularse y eso no dejaría en buen lugar al país. Así, la información pasa por momentos inciertos de noticias falsas de infiltraciones de periodistas en la zona del conflicto para captar imágenes cercanas de los terroristas. Hay una trama cerrada donde se cuece la información que pasará al resto del mundo.



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