( con mirada de pantera en el momento de la caza de la presa) está preparada para ingresar en una Universidad de veterinaria, muy particular, eso sí, pues se permite todo tipo de putadas como si se encontraran en un recinto militar. La hermana, Ella Rumpf,
mayor que ésta, ya se encuentra en el mismo centro y también está iniciada en el tema de la carne cruda. No sabemos nada del pasado familiar, pero enseguida vemos que sus problemas con la carne vienen de generación en generación, pues las dos mantienen la misma afición enfermiza. La acción se desarrolla en una escuela de veterinarios del estilo de las cárceles o de los reclutas militares donde son brutalmente envilecidos con bromas de muy mal gusto.
El centro es tolerante con este tipo de prácticas. Cada vez se hacen más duras. Es como la prueba de fuego para pasar al próximo año. Por ejemplo, baños de sangre, comer alimentos crudos de vísceras de animales. Con este tipo de incitaciones, descubre la protagonista una puerta de la atracción por la carne cruda, por el deseo salvaje de pegarle un bocado en el brazo o en el cuello a tu compañero de cama. Ese deseo canibal de familia, (su hermana realiza escenas sádicas) aflorará a la superficie en un torrente de sangre y locura. En fin, película con ese punto asqueroso de humanos convertidos en animales devorando sin cesar y poseídos por una adición salvaje que te mantiene expectante. Mejor abstenerse aquellos que no les va el tema sanguinario.