Año 2015
Duración 75 minutos
País España
Director Joaquin Oristrell
Guión Joaquín Oristrell
Música Alejandro Pelayo
Fotografía Teo Delgado
Reparto Goya Toledo, Marta Etura, Miguel Ángel Muñoz,
María Botto, Antonio de la Torre, Raúl Arévalo,
Juan Diego Botto, Sergio Peris Mencheta,
Álex García, Petra Martínez, Secun de la Rosa,
Melanie Olivares, Nur Al Levi, Estefanía de los
Santos, Carmen Balagué, Mercedes Sampietro,
Astrid Jones, Dafnis Balduz, Juan Margallo.
"Hablar" de Joaquin Oristrell
muestra el pulso de la vida a través de la diversidad de unos personajes
reconocibles en un plano secuencia. El hecho, a simple vista, parece que meter en un mismo saco
infinidad de historias para mostrar la realidad o las pulsaciones actuales de
un país en solo plano puedan quedar un tanto embutidas. Sin embargo, la idea de poner en
marcha una estructura donde varias piezas humanas de diferentes comportamientos se entrecrucen entre sí por la calle en un espacio
reducido parece atractiva ya de por si. Se nos hace raro que el personal que se nos cruza en nuestro camino sea tan variopinto, parece poco probable,
pero al mismo tiempo si lo pensamos fríamente y pudiéramos entrar en sus vidas por qué no iba a ser así.
El director quiere mostrar el caos que tiene el personal frente a la vida. Esos
pensamientos tan variados, esos mundos caóticos que se cruzan entre sí. Por momentos
recuerdan las historias que nos cuenta Cesc Gay en(1) "Una pistola en cada mano". Eso es
lo que muestra una introspección a la vida de los individuos anónimos que
pasean por la plaza del barrio castizo de Lavapies para mostrar sus
motivaciones actuales, sus locuras, sus pensamientos y ahí nace el germen de la
historia: una coral de mundos en activo que se mueven de un lado para otro sin
sentido y con una personalidad cambiante y que se modifica dependiendo de la
situación. Es una manera de adentrase a las vidas anónimas y sus elocubraciones
diarias. El espectador no sabe nada de ellas sino solo lo que va oyendo
hablar en ese momento. A veces nos puede parecer poco creíble o fuera de tono,
pero es una experiencia gratificante y que da en el clavo en la capacidad de
locura que corren nuestras vidas actualmente, en una esquizofrénica situación
de los personajes que son capaces de llorar y de reír al mismo tiempo.