lunes, 5 de junio de 2017

Después de la tormenta




Título original Umi yori mo mada fakuka

Año                2016

País               Japón

Director          Hirokazu Koreeda

Guión            Hirokazu Koreeda

Música          Hanaregumi

Fotografía     Yutaka Yamazaki

Reparto         Hiroshi  Abe, Kirin Kiki,

                     Yoko Maki, Lily Franky,

                     Isao Hashizume, Sosuke

                     Ikematsu, Satomi Kobayaski,

                     Taiyo Yoshizawa.

    
"Después de la tormenta" del director Hirokazu Koreeda ( creador de historias de conflictos familiares

 “Nuestra hermana pequeña donde retrata las relaciones entre tres hermanas y una cuarta que desconocían o

"De tal padre, tal hijo", donde monta una trama de intercambio de hijos cuando nacieron y resulta que las familias son completamente opuestas: una pobre y sencilla y la otra de un estatus social elevado.) cuenta, en esta ocasión, como no podría ser de otra forma, una historia familiar. No es necesario pasar más de dos minutos para saber que el desarrollo de la cinta girará en torno de las pequeñas preocupaciones, recuerdos, manías de esa familia sencilla. La protagonista Kirin Kiki, nos recuerda la cinta

 “Una pastelería en Tokio” de Naomi Kawase donde una anciana se hacía con una gran clientela después de cocinar una salsa de “an” excelente para rellenar los pastelillos, aquí también está pendiente de la alimentación, pero se ocupa sobre todo de  realizar el papel de madre cercana a sus hijos con la sabiduría de la edad: “hay que hablar con la gente cuando está viva ( luego será demasiado tarde) o buscamos la felicidad a diario”.

 Eso sí, siempre tirándoles pullas venenosas a sus hijos con un cariño pasmoso. En fin, la acción de la película es el paso de la vida en sí misma.








La historia se centra en la relación de una anciana que acaba de perder a su marido y los dos hijos. Se suceden situaciones de lo más variopintas y reconocibles en cualquier lugar del mundo. Por eso, las conversaciones y las situaciones se hacen entrañables. Así, por ejemplo, tomar un helado, regar las plantas al mismo tiempo que se suceden conversaciones de recuerdos del pasado que nunca volverán. Progresa la película y con sus diálogos nos descubren su forma de vida y sus actividades tanto del día a día como del pasado. La acción se centra en el hijo de la familia, un crápula sin oficio ni beneficio que se dedica a vivir de lo que puede. Ya lo indica su madre en el inicio: "hijo, eres como esta planta que ahora riego que no da frutos, ni flores, ni se muere". En referencia a la poca productividad y dedicación a un trabajo y una vida sólida en familia, ya que su comportamiento se encuentra entre el bohemio y el ludópata (se entretiene siempre a ver qué saca de aquí y de allá con trapicheos varios). Así, se van sucediendo las escenas de un matrimonio separado y en el intento de conseguir salvar una familia  rota. En definitiva, una cinta intimista donde las cosas y los espacios toman cierta dimensión en el momento en que son nombrados para recordar un pasado unos hechos en el mundo del protagonista. Se cuentan las historias de padres a hijos con la sencillez misma del paso de la vida. Ése es el resumen: dejar el legado de padres a hijos.

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