miércoles, 1 de febrero de 2017

Al final del túnel



Título original Al final del túnel

Año               2016

Duración        120 minutos

País               Argentina

Director          Rodrigo Grande

Guión              Rodrigo Grande

Música            Lucio Godoy, Federico Jusid

Fotografía       Félix Monti

Reparto           Leonardo Sbaraglia, Clara Lago,

                       Pablo Echarri, Federico Luppi

                      Javier Godino, Walter Donado,

                       Uma Salduende, Daniel Morales

                       Laura Faienza, Sergio Ferreiro,

                       Facundo Nahuel, Cristobal Pinto.
                           
Hay películas que se quedan a medio camino entre el thriller, la aventura amorosa o la intriga. Se quedan encalladas en esa orilla de nadie y sin capacidad de avanzar Pese a que, por un lado, un   excelente actor como 

Leonardo Sbaraglia se esfuerce hasta la extenuación por representar con angustia extrema a un minusválido angustioso arrastrándose por un túnel.  Por otro lado, la madrileña Clara Lago

esforzándose a entonar un dejo argentino que resulta un tanto forzado. Podían haber creado un personaje que viaja a la Argentina y menos retorcimientos impostados del idioma. En cuanto a la trama, la cinta "Al final del túnel" de Rodrigo Grande contiene el metraje tan largo, dos horas, que daba para ahondar en esas vidas turbias tanto de los violentos asaltantes del banco como de los personajes principales, pero esto no ocurre. En fin, la tensión que genera el director te deja frío porque no te llega dentro, no consigue dar con la tecla del amor, la intriga, ni la violencia suficiente como para que te haga saltar de la butaca.




La película arranca muy prometedora con unos personajes muy sugerentes de una historia tormentosa y de amor: Joaquín, un discapacitado sentado en una silla de ruedas mantiene un caserón desordenado y cerca de la ruina, pues no puede vivir con tantas deudas. Por eso, necesita una ayuda externa que le acorte su agonía; Berta y su hija aparecen abruptamente para ayudarlo. La relación entre la pareja siempre es distante, pese a que hay momentos en que parece que arranque alguna escena amorosa, sin embargo, al final, se queda en nada. El director inyecta mala baba a la acción para revivir la intriga, para ello, da vida a una banda de matones que desde el sótano planean atracar un banco. El protagonista monta unas cámaras a través de la pared y sigue sus movimientos por el ordenador, por lo tanto, no tardará en inmiscuirse en el atraco por cuenta propia. Así que el túnel formará parte de la intriga de la trama. En definitiva, una película con muy buenas intenciones, pero que nunca alcanza a despegar.


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