viernes, 12 de mayo de 2017

Los Hollar



Título original The Hollars

Año                 2016

Duración         88 minutos

País                 Estados Unidos

Director            John Krasinski

Guión              Jim Strouse

Música            Josh Ritter

Fotografía       Eric Alan Edwards

Reparto          Anna Kendrick, John Krasinski,

                       Margo Martindale, Richard

                      Jenkings, Mary Elizabeth

                      Wnstead, Josh Groban,

                      Sharlto Coplay, Mary Kay 

                     Place, Ashley Dyke, Yvonne

                     Angulo, Jennifer Pierce Mathus.

   
La risa es lo más difícil de arrancar en una película. En este caso viene cuando menos te lo esperas y de las cosas más rutinarias. Llega desde el principio ( te ríes de las desgracias, para variar) para quedarse de la mano de una familia completamente desmembrada: el padre, Richard Jenkins, aquel profesor que tocaba el tambor en un parque en "The Visitor" de Thomas McCarthy,

medio arruinado y con salidas de tono; la madre, Margo Martindale, aquella tía pesada en 

"Agosto" de John Wells que en este caso se descojona en el hospital de su propio tumor cerebral; el hijo mayor Sharito Copley, que está obsesionado por la frustración de su matrimonio fallido y para finalizar el hijo menor y recién llegado,

John Krasinski ( también director de “Los Hollars”que así se llama el desmadre de familia), el cual ha vuelto, abandonando su residencia de varios años alejado de la familia, ante el panorama desolador de su madre. Los encontronazos entre padre e hijo por chorradas o no son salidas de tono que dejan algún atisbo de carcajada. Aquí la enferma es la que se lo toma más a coña nada más saber la triste noticia de su enfermedad, se diría que los enfermos son los otros familiares porque ella se ríe de sí misma, igual piensa que para lo que le queda de vida no merece la pena más preocupaciones. Ella la palmará y los demás que se busquen la vida como puedan. Así, el hermano recién llegado ya no se entera de nada de lo que sucede dentro de la familia y tendrá que lidiar con los acontecimientos que se le presentan un tanto pasados de rosca. En definitiva, la precariedad de las sucesivas situaciones coloca a la familia en una encrucijada que deben resolver.






La historia gira en torno a un achuchón que le da a una madre de familia, con una cierta edad avanzada y la llegada de los hijos al hospital para verla. La situación de precariedad familiar es tal que parece un barco que hace aguas por todos los costados. La vuelta del hermano menor no solucionará las situaciones complejas sino que saldrá al descubierto otros temas suyos antiguos y conflictivos. Aquí no se libra nadie y la familia al completo está inmersa en problemas livianos comparados con el de fondo de la madre que está a punto de diñarla. El problema está en que los males llegan todos juntos y a la enfermedad se unen la quiebra del negocio familiar y otros temas que van aflorando. Como el hermano recién llegado no está al corriente de los temas se debe involucrar en la situación. Por si fuera poco, el hermano mayor vive en casa de los padres porque se ha separado de su esposa e hijos, pero no puede pasar sin espiar el nuevo inquilino de su antiguo matrimonio ( que le tiene una tirria que no puede verlo). A todo esto, hay que añadir que la empresa de su padre donde trabaja ha quebrado y éste le acaba de despedir, por lo tanto los despropósitos son innumerables, pero  todo ello se plantea de una forma fresca, agradable, no se para de hacer coña, la vida sigue qué más da. En definitiva, una película que si te encuentras con un día flojo de la risa puede que te desternilles.  

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