Dar una vuelta a la tuerca tiene el riesgo de que se pase. Eso sucede con el tema demasiado manido como es el caso de "Hombre lobo" de director Leig Whannell puede ser un riesgo que te condene de por vida en el caso de que no salga bien. La historia se inicia, como no podía ser de otra manera, en medio del bosque donde un padre y un hijo adolescente mantienen una relación poco cordial, pues el primero trata con despotismo a su hijo. Y eso lo vemos en los primeros minutos en que se van al bosque a cazar. Es un trato de hombre rudo del bosque que aconseja a su hijo en las formas de comportarse en una zona peligrosa. En ese lugar se les aparece una bestia de lobo, que por mucho que dispare se escapa. La historia da un salto temporal y de la montaña de Oregón se va directamente a California donde este chico ya es adulto, interpretado por Chistopher Abbott,
y en su matrimonio han creado una niña que ahora ya es adolescente. Acaba de recibir una carta donde le indican que su padre ha fallecido con unas llaves dentro que le conceden la casa. Deciden ir al lugar, porque la pareja ha entrado en crisis, y es el momento de tomarse un descanso en sus tareas y olvidarse de todo y qué mejor que la relajación del bosque para retomar el amor. Por lo tanto, les ha venido como anillo al dedo la herencia de su padre.
La familia se larga hacia la casa para recuperar los enseres del padre y allí se encontrarán con una situación macabra. Se aguanta el tirón del tiempo por la intriga de descubrir al monstruo real y la debilidad de la mujer y la niña ante las adversidades que se presentan. Finalmente, la historia se repite: el pánico del padre cuando era pequeño lo está pasando ahora su hija, pero en circunstancias peores, porque ellos son urbanas y están en un espacio adverso que no controlan, Bueno unos cuantos sustos y el pánico de los de la cabaña, la típica transformación de hombre a lobo y poco más.
Título original Wolfman
Año 2025
Duración 103 minutos
País Estados Unidos
Dirección Leig Whannell
Guion Leig Whannell, Rebecca Angelo
Corbett Tuck, Lauren Schuker
Música Benjamín Wallfisch
Reparto Chistopher Abbot, Julia Garner,
Matilda Firth, Benedict Hardie,
Sam Jaeger, Ben Prendergast,
Milo Cawthorne, Zac Chandler.
Los años de convivencia en pareja desgastan y se plantean darle un vuelco a sus relaciones con la marcha hacia la casa de infancia en el bosque. La naturaleza como lugar idílico puede ser un sitio para encontrase de nuevo. Una vez muerto su padre, hay que pillar los muebles y qué mejor momento para reconducir la situación familiar que ahora en ese lugar natural. Se van con una camioneta y no localizan la casa, pero un tipo con mala cara y escopeta al hombro los atiende para ayudarlos. La noche se les echa encima y un extraño ser se planta en medio del camino, lo cual hace que él de un volantazo y salgan despedidos contra un barranco. Los gritos de una bestia sanguinaria que se ceban con el rudo campesino ya indican que están en medio de un territorio de nadie o mas bien del monstruo que no se ve, solo se oye. Huyen hacia la casa, pero el monstruo los persigue violentamente. El hombre se hace valer y quiere proteger a su familia tapiando puertas y ventanas, pero ya se encuentra demasiado mermado del accidente y la noche se hace cada vez más larga, interminable. Y esa persona que los iba a salvar, el marido que ya no es él, acaba de ser atacada por el monstruo y parece que lo ha contagiado, por la herida de un virus o mal extraño que se manifiesta en un brazo y le hace comportarse de manera rara. Así pues, él va perdiendo la capacidad de humano para pasar a bestia y empieza a perder los sentidos de la vista y el oído. Ya no ve a su mujer nítidamente y no la oye y escribir apenas puede ni sabe. Los dos, mujer e hija, dentro de la casa con una bestia que ya no es el marido, sino un lobo. La transformación se hace lenta, agónica. Empieza la carnicería sangrienta y él que ya no es hombre se muerde el brazo herido. Finalmente, el director se empeña en mantener la tensión final durante demasiado tiempo sin querer que el monstruo se coma directamente a su familia. Quiere con ello darle una dimensión humana y que no desea atacar a los suyos. Se hace un tanto cansina.
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