La chica del libro

Título original The Girl in the Book

Año                 2015

Duración        86 minutos

País                Estados unidos

Director          Marya Cohn

Guión            Marya Cohn

Música         Will Bates

Fotografía    Trevor Forrest

Reparto        Emily VanCamp, Michael Nyqvist, Ana Mulvoy-Ten,

                      Talia Balsam, Ali Ahn, Mason Yam, Courtney Daniels,

                      Jordan Lage, Michael Cristofer, Davil Call,

                      Malin Edengard, Violet Bailes, Bianca Bauer,

                      Chista Beth Campbell, Lena Cigleris. 

"La chica del libro" de María Cohn cuenta la relación  que se produce entre un escritor adulto con una escritora incipiente  con ínfulas de grandeza. Y a partir de aquí se dan vueltas sin parar a la misma situación, por lo tanto estamos ante un guión un tanto plano, sí, es cierto que lo que cuenta es creíble y que los personajes están bien buscados, hay verosimilitud cierta verosimilitud con la realidad, pero se queda corto en el planteamiento y enredo de la trama. Si buscamos una cinta de escritores atormentados desde "Barton Fink" de los hermanos Coen hasta "Conocerás al hombre de tus sueños" de Allen, encontramos muchas películas con una trama compleja que te mantiene en ascuas cosa que no sucede en la cinta que nos ocupa.

Emily VanCamp en el papel de Alice mantiene una pasión por la escritura desmedida, pero sus condiciones profesionales solo le dan para apasionarse, no para alcanzar la fama. Incluso está rodeada del gremio de editores de la profesión que le pueden facilitar la inclusión, pero ni aún así conseguirá abrirse camino. Sin embargo, ella camina por ese mundo perdido con titubeos por la vida. Sabe que su pasión por la escritura no le llevará a ninguna parte, porque  hay que joderse si uno es malo en un campo y desistir del intento, pero encima debe promocionar el libro de un escritor consagrado, el cual succiona todo lo que se pasa por su alrededor para montar sus historias de ficción. A ese tío que le tiró constantemente los tejos y que de ahí saco la historia que le hizo famoso. Se alimentó con sus miserias, jugó con sus sentimientos como un perro con un hueso en la boca. Porque piensa que su vida no es otra cosa que un desastre y ahora, con los años vuelve de nuevo la pesadilla.

La vida del personaje principal discurre en paralelo en la actualidad con la de un pasado ya no tan reciente, pero que dejó una huella dolorosa en su interior. El sueño de adolescente de escribir una gran novela se ha esfumado y le queda ser la secretaria del jefe de una editorial, porque por detrás el enchufe de papá ha funcionado a las mil maravillas. Su vida es un puro amargue, se siente frustrada y fracasada tanto profesionalmente como en su vida personal. Por eso se le va la pinza y es capaz de tirar por la basura su relación sentimental en un ataque de nervios. Ahora solo le faltaba que apareciera de nuevo ese personaje que la marcó en su adolescencia de la edad del pavo. Ahí quedó enquistada esa relación que perseguía un único fin: que el macarra del escritor se aprovechara de su condición para contar esa historia en la ficción de su próximo libro. Eso le produjo una marca imborrable en su vida porque se había tomado en serio la seducción del señor maduro. La putada que le gastó la lleva marcada en el cuerpo. Ahora, vuelve a la carga, pero ella ya tiene callos en los dedos de teclear la máquina de escribir y se puede ir con viento fresco que ya no se va a aprovechar más. Se siente celosa, engañada y para colmo debe promocionar al capullo que la marcó en su adolescencia. De eso nada, faltaría más. En definitiva, el mal rollo está servido, porque aquella adolescente ha desaparecido de su vida y en su lugar ha quedado el resentimiento de un polvo inexistente, frente a la madurez de un viejo zorro  que ha sabido jugar sus cartas: adiós muñeca.