Eric Bana, muestra un semblante de cara de palo que no se altera ante los insultos de los habitantes de su pueblo, recibe la llamada de un amigo de infancia para comunicarle el asesinato de una familia y el autor es conocido de infancia.Obligado a asistir a su entierro, allí encontrará personas que no lo reciben con buenos modales. Él estaba involucrado, junto a su amigo asesino en la muerte de una joven amiga de estos. Esto pasó hace mucho tiempo, pero quedó en el aire las sospechas de ser el asesino.Las escenas se suceden retrocediendo a los lugares donde se produjo el fatídico acontecimiento: un río, lugar que ahora está completamente seco y los jóvenes pasándoselo bien. Parece que los acontecimientos, las muertes, están conectados entre sí y el detective indaga sobre las relaciones de estas. Hablamos de "Años de sequía" del director Robert Connolly que se rodea de una ambientación basta, árida y seca que recuerda a los western, pero modernos con los tipos rudos medio locos por el entorno. Ese personal del pueblo que solo le falta llevar una pistola en la funda se parece al de aquella buena película titulada "Comanchería" de David Mackenzie.
El policía aparece por ese pueblo que abandonó hace más de veinte años por la muerte de una amiga que lo culparon de asesino. Tuvo que marchar con su padre si no quería verse en problemas graves. Ahora, aquel amigo se ha cargado a punta de escopeta a toda su familia. Asiste al entierro, pero no se cree nada de lo que le dicen. Quiere, pues es policía federal, investigar un caso que le afecta directamente. Espera unos días para indagar sobre la verdad de todo lo sucedido. Ese tiempo es suficiente para enfrentarse a aquellos días del sucedo de aquella muerte endosada a su persona. La película solapa imágenes del pasado junto con las actuales, sobre todo ese cauce del río ahora seco y antes lleno de vida donde sucedieron acontecimientos importantes de su vida. Allí acude con nostalgia y rememora el amor que tenía hacia aquella chica joven, lugar de donde la sacaron sin vida y acusado de asesino. Visita el lugar con sentimientos de añoranza, nostalgia del pasado feliz hasta que llegó el fatídico incidente. En el lugar del suceso, se le aparecen las imágenes del momento en que sacaron ahogada a la chica. La carta que le entregó horas antes para verse en el río lo delataban como culpable, pero se sacó la coartada de estar con su amigo, el asesino actual del cual venía del entierro. Los habitantes no le perdonaban los sucesos del pasado y lo increpan ante esa investigación, incluso el policía local le invita a que se marche cuanto antes del pueblo. En definitiva, la historia engancha porque busca un desenlace donde aclare todas las dudas del presente y del pasado, pero deja un poso de insatisfacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página