No sé si realmente es necesario o una modernidad actual el hecho de acudir cada dos por tres al psiquiatra ya desde una edad infantil. Eso confiesa el protagonista, encarnado por
Chistopher Abbott, que se ha pasado media vida en la cama del psicoanalista dirigiéndolo por los caminos del bien. Ahora ya ingresado, porque de un momento a otro se va a pegar un tiro, ya no sabe qué hacer para salir de la mierda de vida. Ese es el inicio de "A la de tres" del director
Jerrod Carmichael. En esa historia, hay otro jodido personaje que está harto de la puta vida y también se quiere suicidar que realiza el papel el mismo director. Es un tipo que trabaja en unos almacenes y ya no aguanta más.
Estos dos colegas tienen el mismo plan: desaparecer del puto mundo de una vez por todas. Por lo tanto, dicen: "me la suda vivir y quiere acabar cuanto antes". Ese es el diálogo de la pareja de amargados y su objetivo es desaparecer de la cloaca de vida. Kevin y Val, que así se llaman, lo han intentado por separado y no ha surtido efecto. Así, por qué no realizarlo juntos. En fin, ha querido realizar una "Thelma y Louise" de Scott con hombres en huida hacia ninguna parte, pero descafeinada.
Las primeras secuencias ya nos llevan directamente hacia el lado de la trama: una mujer que huye de su presente. La chica sale despedida de su apartamento con un bolso de viaje. Quiere dejar una nota de su ausencia, pero prefiere irse anónimamente. Marcha en autobús hacia Alemania sin más explicaciones.
Posteriormente muestra el personaje principal de la historia, Fernando, interpretado por Manolo Solo ( En "El buen patrón" de Fernando León de Aranoa hacía un papel de amargado y su jefe intentaba levantarle la moral), que da clases de sociales a alumnos de instituto. Ese inicio "in media res" sin apenas dar más datos de los que referimos se cohesiona con el inicio, porque ese profesor llega justo a la casa desde donde ha partido aquella mujer. Esa es la propuesta de "Una quinta portuguesa" de Avelina Prat ( "Vasil" con un Karra Elejalde dando vida a un samaritano), la de una huida sin saber por qué se realiza como sucedía en Thelma y Louis de Ridley Scott.
Esas condiciones adversas lo desestabilizan y emprende una huida hacia ninguna parte donde se ve metido en una finca portuguesa, de la cual es dueña Amalia, interpretada por María de Madeiros con un pasado en la colonia angoleña.
Finalmente, la cinta plantea el cambio de identidad, copiar a su mujer que lo ha dejado tirado y emprender un rumbo nuevo, a la deriva, diferente del que llevaba hasta ver adonde lo acarrea. No pretende dar pistas de su persona a la dueña de la parcela donde va a parar y esa incertidumbre mantiene atento al espectador.
"Rodeo" de Lola Quivoron se sumerge en el mundo de los mafiosos que trafican con motos robadas. Los inicios no son muy alentadores, por mucho que ganara un premio en Cannes 2022, pues la cámara en la mano sigue "a todo trapo" a una joven descarriada y apasionada a las motos. Pronto se encontrará con un batallón de flipados como ella en medio de una carretera y realizando el caballito a sus motos con el riesgo de darse una galleta contra el asfalto.
La chica, interpretada por Julie Ledru ( mejor actriz en el festival de Sevilla 2022), tatuada toda su piel, arrastra su moto sin gasolina y la mendiga entre esa tropa de desalmados que se juega el pellejo contra el alquitrán. Ella no tiene la pericia de levantar la moto y llevarla varios metros a una rueda, pero se mete en medio de los desalmados con los abucheos pertinentes. Pronto llegará la poli y en la espantada alguno de ellos se romperá los "piños" contra el cemento.
Incluso puede que alguien la palme por desafiar la gravedad a una rueda en el asfalto. En fin, cuenta las peripecias de la adolescente descarriada en el inframundo de los infiernos.
El espectador debe atender muy pendiente a esas películas que parten de un guion sin ser lineal. Las de Tarantino como por ejemplo "Pulp Fiction" o las de González Iñárritu como "Babel" siempre con un componente dramático y violento. Tiene que estar alerta del desarrollo si no quiere perderse a las primeras de cambio. En otras situaciones en los cambios bestiales que se producen en el cine de Haneke con su famosa "Funny Game"; en otras ocasiones me vienen las imágenes de "Margical Girl" de Carlos Vermut donde la niña está loca perdida por los dibujos animados de una serie de" Margical Girl Yukiko" y el padre ante su enfermedad no tiene otra que complacerla, aunque ese regalo valga mucha pasta y no la tenga, ya se las arreglará como sea. En todas ellas, hay que montar un rompecabezas que en ocasiones el creador dejará situaciones abiertas para que las complete el propio espectador. En cualquier caso, las mencionadas son palabras mayores. Aquí, "Asombrosa Elisa" de Sádrac González Perellón ( un desconocido que se le puede considerar rarito por el guion enrevesado) se centra en esa adolescente, interpretado por Jana San Antonio, convencida de sus poderes especiales sacados de un cómic que ayudarán a olvidar la muerte de su madre. Así, se dejará acuchillar por un amigo, porque considera que tienen superpoderes y no le causará nada, pero su poder falla. Luego intentará convencer a su padre, interpretado por
Iván Massagué (aquel actor que se encuentra metido en aquel zulo , El hoyo de Galder Gaztelu-Urrutia) de pisos de desnivel donde baja una mesa llena de comida o llena de despojos dependiendo de la planta en que se encuentre, pues cambia cada mes) de que lo que le sucede es verdad, intenta doblar un cuchillo por medio de la mente y su esfuerzo es baldío. Quiere completar su imagen pero le falta un perro para ser igual que en el cómic. La historia se relaciona con otras tramas que siempre tienen en común la violencia verbal, el robo, el atraco y el sexo por medio. Así, la realidad y la ficción se mezcla en varias historias paralelas. Las escenas de la acción se superponen delante de las paredes de coloridos con tonalidades fuertes. La trama va más allá de la normalidad de unos sucesos que se puedan considerar lógicos, por ejemplo que un ladrón invada una casa y la dueña le exija que la posea para que le diga el lugar donde se encuentra el dinero de ese matrimonio que en principio no sabemos qué papel desempeñará en la trama. En definitiva, el espectador deberá realizar una cierta abstracción de aquello que está viendo, si no quiere quedarse peor que al principio de la cinta.
Guillermo del Toro es un director que se caracteriza por contar historias potentes, por su acción y dinamismo que te hace entrar de lleno en la trama. Crea lo que le viene en gana después de cosechar varios premios y si le apetece cine animado hace Pinocho, parece que le gusta hacer su propia versión de los clásicos, como en esta ocasión, con "Frankenstein", la que nos ocupa ahora y que llevaba tiempo detrás el proyecto. Destaca en las batallas de acción donde aparecen monstruos que se enfrentan a los humanos-mejor verla en pantalla de cine. Así le encanta sacar a los monstruos del baúl, por ejemplo, "La forma del agua", mejor director en los Oscar de 2017, donde una cosa viscosa y acuática se funde en una amistad profunda con una chica dedicada a la limpieza, a quien nadir tiene en cuenta ni presta la más mínima atención; "El laberinto del fauno", donde el marco principal de la historia es el horror de la Guerra Civil española se mezclan con otra bestia-casi siempre son cándidas y bonachonas- que es más noble que los locos soldados.
Aquí, como en las otras ocasiones, el monstruo es bondadoso y toma un cierto cariño con un anciano ( en el imaginario mental nos queda el engendro de retales humanos y los momentos pasados con la niña en el río de la peli clásica en blanco y negro de James Whale). Así, se inicia con una propuesta de lo más atractiva, pues hay acción a tope. Un engendro andrajoso que aparece en el Polo Norte y golpea a esos navegantes que se obstinan por sacar el barco anclado en el hielo. La bestia quiere recuperar a un hombre que tiene una pierna metálica que acaban de rescatar. A partir de aquí, la historia se articula por medio de la voz en off de ese personaje que han recuperado de las garras del monstruo que cuenta su existencia desde los inicios de su infancia con su familia en un castillo con su padre un tirano del bisturí. Se hace adulto y sus pretensiones pasan por formar un ser propio de restos de cadáveres con sus propias manos. Todo en un ambiente y una decoración exquisita.
En fin, vemos a un personaje con ambición y la idea de ser más que Dios y capaz al mismo tiempo de traspasar las fronteras de la vida mediante su propia creación de un ser mediante partes del cuerpo se personas muertas. Eso.
"Sin movimientos bruscos" de Steven Soderbergh es un director de largo recorrido desde que realizara "Sexo, mentiras y cintas de video" en 1989 con 26 años, donde cuenta las relaciones sexuales de esa edad en que él vive; posteriormente rodaría "Erin Brockovich", lanzamiento de Julia Roberts, madre soltera y con mucha fuerza que quiere abrirse en el mundo laboral; Benicio del Toro también encarnó uno de sus mejores papeles en el rodaje del Che: "Che: guerrilla" y "Che: el argentino"; en "Contagio" adelantó lo que sería años posteriores una realidad: la pandemia del cóvid-19, un virus mortal que mantiene a la población mundial en jaque o "Efectos secundarios". Aquí, realiza una película donde un tipo reúne a tres matones para que ejecuten un atraco, pero no a un banco sino a unos documentos confidenciales. Se trata de asaltar al tipo que tiene acceso a esa información, secuestrar a la familia como rehenes hasta que el padre retire la documentación importante de la oficina. Los ladrones quieren llegar demasiado lejos. Todo ello aderezado con actores de renombre:
Benicio del Toro,
Don Cheadle, Matt Damon
y el reciente desaparecido Ray Lyotta. En fin, una de gánsteres y mafiosos.
"Mutt" del director Vuk Lungulov-Klotztalse sumerge en el mundo trans por medio de Feña, interpretado por Lio Menhiel, ( premio Espacial del Jurado de Sundance 2023 por su actuación)
que hace un tiempo era una chica y ahora pasa por vestirse de hombre y ser un chico. El arranque empieza en una discoteca, allí la cámara persigue al protagonista que camina titubeante como si no encontrara el lugar idóneo. Se mueve como dando tumbos y observando a la peña el comportamiento que tienen. Es un lugar donde se busca ligar entre heterosexuales, por eso se siente descolocado. Aparece su exnovio y quisiera que la tierra se lo tragara hasta el fondo. Después de unas palabras de contacto aparece la compañera del tío y a lo bruto le pregunta si ahora tiene pene como si lo más importante del hombre fuera la "manguerita" o algo así le contesta. Todo ello sucede en una tonalidad roja fuerte con formato de TV, mientras esnifan droga.
Después de varios encuentros con diferentes familiares que están en contra de su decisión y que mantendrán una distancia de adversidad. Se suceden enfrentamientos siempre con todo aquel que se cruza por su decisión controvertida. En fin, la peli transcurre con sencillez y trata el tema con naturalidad, pese a que el protagonista se siente rechazado y menospreciado por la sociedad. Sin embargo, por esa audacia de cambiar de sexo, no se puede quedar al margen del Mundo.
"La larga marcha" de Francis Lawrence ( creador de "Los juegos del hambre", en esta ocasión adaptación del libro Stephen King) se inicia con una carta a uno de los contrincantes de una carrera. Allí se avisa que si gana podrá vivir su vida sin agobios y lleno de riquezas. Posteriormente vemos al participante que acude al lugar del inicio con su madre.
Llegan y está custodiado, por militares, con unas medidas de seguridad estrictas. La madre se despide de él como si ya no lo fuera a ver más. El tiempo en que se produce el evento es distópico como si se hubiera producido una hecatombe mundial, en un momento de dictadura opresiva. Ahí se encuentran el resto de participantes, que ríen alegres, sin saber dónde se meten. Pronto aparecerá un militar superior que tomará nota de los participantes. Se inicia la prueba que consiste en una caminata salvaje, pues muere el que se para. Eso es lo que vemos a las primeras de cambio sin que nadie haga nada.
En ese trayecto se intercambian opiniones dispares de los adolescentes participantes, por cierto solo chicos, desde el chulo piscinas que se cachondea del resto, pasando por el intelectual que no le hacen el menor caso y los típicos empáticos que ayudan a los cansados y que se han parado en ese final de la vida, después de un tiro en la cabeza, para que sea leve la despedida.
Finalmente, en el grupo se establece una convivencia diferente, unos de solidaridad con los más débiles y otros que se alegran de desprenderse de competidores.
"El consentimiento"de Vanessa Filho ( historia tomada del libro del mismo nombre de Vanessa Springora que narra su propia autobiografía con un escritor que abusó de ella) se detiene en unos hechos reales que sucedieron cuando la escritora tenía catorce años. Cuenta que es una adolescente,
interpretada por Kim Higelin, muy tímida y entregada a la lectura. Conoce al escritor Gabriel Matzneff de cincuenta años, interpretado por Jean-Paul Rouve, que intenta embelesar a la adolescente con cartas de amor.
Ella se siente profundamente atraída y se deja seducir por el encanto del escritor. Los hechos acontecieron en los años ochenta del siglo pasado y saltó a la luz en el año dos mil diez y nueve. Allí, la autora lo acusó de pedófilo y el escándalo estaba servido. El escritor escribía en sus libros de sus relaciones con niñas adolescentes con un éxito importante. Los editores publicaban porque la ficción puede tener ciertas puertas abiertas a la libertad, pero el problema estaba en que las historias eran verdaderas y por lo tanto constituía un delito de pedofilia. Sin embargo, pasaron muchas años antes de que le acusaran, por ejemplo, una chica de las que abusó en su día, Francesca Gee, cuando notificó los hechos de abusos sobre su persona ya tenía cincuenta y dos años. Los atropellos sexuales estaban escondidos porque el escritor tenía influencia, pero con el tiempo, salieron a flote. El escándalo tuvo tanto eco que la persona que colaboraba con el escritor y que era la ginecóloga que recetaba los anticonceptivos a las menores para que no quedaran embarazadas era, nada más y nada menos, Michele Barzach que posteriormente fue ministra de salud en Francia en 1886-1888 con el presidente francés Mitterrand y posteriormente condecorada por el presidente Sarkozy. Todos sabían que era un pedófilo encantador de serpientes, pero la sociedad se lo consentía. La acción se centra en esa relación entre el adulto y la menor, el cual plasmará en el cuaderno las experiencias y, pasado el tiempo, aparecerá el libro en las estanterías.
El pedófilo mantiene su compostura y un tono chulesco ante la adolescente y en televisión o en cualquier entrevista también muestra una posición jovial y petulante. Así, se sucede la posesión sexual y tóxica del escritor que retiene en su cerebro para plasmarla en sus escritos. Finalmente, mantiene el valor de unos hechos que sucedieron y plantea la cuestión de si todo vale en literatura, es decir, las sensaciones vividas plasmadas en ficción, aunque se trate de un pedófilo que relame a una menor hasta crearle una sensación de agobio para toda su vida.
"El deshielo" de Veerle Baetens ( premio Especial del Jurado festival de Sandance de 2023) se inicia con las preocupaciones de una adolescente sobre un hecho grave que le pasó en la infancia. Desconocemos el motivo, que se desvelará posteriormente, pero sabemos que la ha afectado seriamente. Su vida discurre entre el estudio de fotografía y su casa en la ciudad. Vemos que se mueve en soledad y se siente preocupada por algo violento que le sucedió en el pasado, cuando era niña, en el pueblo. Eso pensamos cuando visita la página de facebook de un chico y, al ver su estado de fotos en familia, se pone muy triste, al borde del colapso. Como el espectador desconoce completamente lo que sucedió en el pasado, la historia da un paso hacia atrás y explica esa infancia conflictiva de la protagonista, Eva, interpretada por Charlotte De Bruyne, con sus ojos grandes de cara enigmática que esconde un secreto terrible.
Se solapan los tiempos y el sentimiento de venganza está presente en las escenas actuales. En ese juego de infancia de los llamados tres mosqueteros marchan en bicicleta a ritmo de "Aserejé" de los Ketchup. En su cabeza está constantemente la forma de restaurar el daño de su infancia por medio de la venganza, de lo contrario no podrá seguir viviendo. En fin, llegado el momento en que es adulta y no ha logrado superar los traumas de infancia, primero, los de sus padres con un trato despectivo, porque le daban a la bebida y, segundo, con sus amigos que le produjeron otras conmociones.