Imaginemos un lugar llamado Palestina y que no caen bombas del Cielo. En ese lugar de ficción que parte directamente del pensamiento, se puede crear la ilusión por el amor y que brote esperanzador a una edad tardía, pasados los sesenta. El rodaje se produce anteriormente a las últimas tensiones de guerra y muertes, pero igualmente era imposible una grabación en la propia tierra. Por eso, el director Mohammed Abou Nasser graba su película " Gaza mon amor" en tierras de Portugal y Argelia. Sabe que si entra allí, no saldrá vivo. Así, la historia se detiene en un pescador, Isaa, interpretado por Salim Dau se enamora de Siham, interpretado por
Hiam Abbass,
la cual trabaja en una tienda de ropa del mercado con su hija. El cerebro del tipo explota de alegría amorosa mientra fríe en una sartén unos pescados fritos al ritmo de “Que no se rompa la noche" de Julio Iglesias. Sus condiciones de vida no son muy saludables, pero vive a su aire, pesca, vende su producto y ya no le importa otra cosa que conquistar a su chica.
Ella también está en una situación precaria con amenaza de despido por parte de su jefe. A esa altura de la vida, casi en la ancianidad, la vida ya no le pide otra cosa que dejar casada a su hija y esperar que pase el tiempo. El señor insiste, con excusas de forma torpe para acercarse a ella, que necesita coser unos bajos de un pantalón. Así, se produce el acercamiento tímido hacia ella. El tema central de casarse está latente constantemente: la hermana de él le buscará pretendientes y por parte de ella se los buscará a su hija.
Mientras pesca, suena el sonido de fondo de ametralladoras y de bombas. Lo de siempre el conflicto que no para. En fin, la sencillez de unos protagonistas con ilusión por el amor al final de sus vidas.
"Sangre en los labios" de Rose Glass se adentra en las entrañas de los Estados Unidos en un pueblo de Nuevo México donde las mafias dominan la zona.
Jackie interpretado por Katy O'Brian huye de su pasado para conseguir el triunfo en un concurso de culturismo. Lleva a cuestas su propia casa y sus músculos fornidos de flexiones y preparación para inflarse como un globo.
En ese trayecto se cruza con una chica, Lou, interpretado por Kristen Stewart ( papel excelente en Lady Di de Pablo Larraín en su cinta "Spencer"), que trabaja en un gimnasio y se enrolla con ella a cambio de un lugar donde cobijarse en ese tránsito a la fama. Busca una estética de imágenes muy vistosa con unos primeros planos donde resalta las particularidades del cuerpo, por ejemplo, mientras realizan ejercicios de gimnasia y su sudor o las prácticas sexuales por medio de un baño de zumo de chocolate rociado por el cuerpo mientras lo lamen.
Así, se ve el careto de un Richard Harris que no le importa apretar el gatillo contra la cabeza de aquel que le lleve la contraria ( actor encasillado en los papeles de malo como en "Una mente maravillosa" de Ron Howard que discurría por los pensamientos del matemático Nash, o el presentador malvado del "Show de Truman" de Peter Weir) en primer plano completamente demacrado y unas greñas de pelo en una cola larga y pobre. Las dos mujeres se enrollan, pero con la mala suerte de que la recién llegada ha buscado un curro de camarera, gracias a tirarse a su cuñado que trabaja de mafioso justo en el negocio de su padre, interpretado por Harris, que se lleva a parir con su hija por asuntos oscuros de muertes sospechosas.
En fin, se marcan un "Thelma y Louise" ( la cinta de Ridley Scott con la escapada hacia ninguna parte y la protesta de una vida insatisfecha) con un reguero de sangre y muertos a sus pies.
El tema inicial parte de una entrevista con una chica técnica en astróloga que afirma que en la galaxia se sabe que hay más de trescientos planetas habitados, aunque no tengamos pistas veraces de ellos. Nombra la autoridad de Stephen Hawking para reforzar su teoría. Alexandra, interpretado por
Andrea Trepat, trabaja en un observatorio junto a otro compañero que se turna. Ella es muy profesional, pero su compañero pasa bastante de las normas de la empresa. El centro ya no recibe subvenciones y por lo que comenta su compañero le quedan dos telediarios de vida. Además, no aguanta que sea el hazmerreír de las redes sociales. En esa estación terrenal donde se acerca una tormenta ocurrirán sucesos extraños en tres horas. Hablamos de "La paradoja de Antares" ( paradoja entre decidirse a quedarse en el centro o abandonarlo por una fuerza mayor) del director y guionista Luis Tinoco. Los extraterrestres no hay que salir a buscarlos fuera de nuestro sistema, como ocurría en "Allen, el octavo pasajero" de Ridley Scott, sino que se conectan directamente desde la galaxia de Antares con el observatorio de la Tierra. Por lo tanto, en este caso, no esperes bichitos raros, ni nada de eso, solo la señal recibida del más allá como algo parecido a una muestra de un Dios superior, unida a la enfermedad terminal que sufre su padre en el hospital. Se crea un estado de ansiedad y una atmósfera de agobio entre esa chica sola y el teléfono que pide ayuda al exterior. Recuerda, en un escenario muy diferente a "Locke" de Steven Knight donde un tipo metido en un coche y con un teléfono deberá afrontar una situación de ansiedad a contrarreloj o la tensión que se crea en ese habitáculo estrecho en "Enterrado" de Rodrigo Cortés, muestra la agonía de aquel hombre bajo tierra con un móvil en la mano y sin apenas cobertura, enterrado vivo siempre en espacios diferentes. Aquí, ella se juega toda la carrera profesional a una sola carta: atender a su intuición y sus conocimientos profesionales o a la pasión familiar hacia ese padre moribundo. En fin, pretende crear una tensión dramática hacia esa joven solitaria. La soledad de una persona ante los inconvenientes del personal de fuera que le instan a que abandone su posición obstinada ante lo que ellos piensan una falsa alarma o una invención propia.
"Lluvia ácida" del director Just Philippot se inicia con un altercado que se está grabando por el móvil. Las sillas, mesas, papeles vuelan por el aire. La violencia de los amotinados es extrema. Llegan a las manos incluso con la policía que acaba de cargas a los violentos. No sabemos qué es lo que piden ( tampoco nos importa demasiado, porque pronto dará un giro la trama), pero el personaje,
interpretado por Guillaume Canet ( actor que salía en "Una vida mejor" de Cédric Kahn) resulta afectado, pues seguidamente lo vemos visitando a sus familiares con un permiso carcelario. Después de una pelea inesperada de la hija del presidiario, porque se ríen viendo a su padre dando puñetazos en el vídeo que se ha subido a la red. Cambiará de golpe el guion porque las grandes temperaturas ocasionarán un fenómeno extraño. Así, el tema del cambio climático estará servido. La lluvia de ácido sulfúrico está atacando parte del planeta y los animales reciben las quemaduras en su cuerpo. No acabo de entender que la carrocería del coche, en esa lluvia abrasiva, ha quedado destrozada, pero las ruedas, de goma, todavía ruedan y no se han quemado. Cuando falla algo tan evidente ya se derrumba todo. Resulta pesada, ni siquiera para hacer la siesta.
En fin, en cierta manera se sigue el planteamiento de un mundo abocado al caos y la destrucción que ya se inició con la pandemia del COVID y ahí queda un filón por explotar. El problema está en que la ficción no está muy lejos de la realidad.
"Los colonos" de Felipe Gálvez Haberle ( usa primeros planos de los ojos de los caballos como una humanización de la bestia junto a los humanos que actúan como bestias) se sitúa a primeros del siglo pasado en Tierra de Fuego chilena.
Ya en su inicio se avecina un enfrentamiento entre patrón y trabajadores. Allí, el ser humano está para trabajar y ser explotado. En el caso de un accidente, aunque sea laboral, eso no importa lo más mínimo, en ese lugar apartado, no se hará otra cosa que quitarse de en medio al herido. Así, si en un estiramientos de cables alguien se deja un brazo está condenado a que el patrón le suelte dos tiros en la cabeza y fuera lastre. La esclavitud está vigente en todo el Globo, los trabajadores son animales de carga, se encuentran en ese lugar para trabajar a marchas forzadas en construcción del rancho del amo.
El dueño no permite que los indios merodeen en sus tierras y puedan zamparse una de sus ovejas. Por eso, proyecta una expedición de varios días para limpiar los caminos de seres que se interpongan en sus propiedades. En ese viaje de expedición de tres colonos, inglés, mexicano y mestizo, se enfrentarán a nuevos retos.
Finalmente, el plan está en encontrar a los indios y liquidarlos a todos puesto que se encuentran en territorio prohibido. Nada nuevo en el panorama del Western.
"De naturaleza violenta" de Chis Nash es una peli de un zombi, sí, porque solo es uno el que va segando cabezas por mitad del bosque. Así, quien no le guste la trama ya sabe de qué va y puede abandonar. Es un fiambre que remonta sobre la tierra, porque han tocado un recuerdo que colgada de su tumba y eso no lo va a consentir. Se inicia con ese cadáver que irrumpe de entre las hojas en un medio de la naturaleza de Kennedale, un pueblo de Texas. Aparece como si tal cosa: con sangre, chichones y magullado, pero su andar y aspecto se parece más a los vivos que a los difuntos. Camina sin vacilación después de estar enterrado vete tú a saber cuanto tiempo, luego dicen que unos diez años, pero está rollizo de buen año. Se conserva bastante bien, quitado el careto deforme, el resto mantiene la fuerza suficiente que le sobra para cargarse a personal vivo.
Se encamina con buen paso hacia el lugar donde suena una conversación de dos tipos con muy malas pulgas, peores lleva él, claro. Por lo que vemos, parece que el muerto ha dejado ciertas cuentas que saldar y sencillamente, ha resucitado para vengarse. Camina sin rumbo, pero todo aquello que se cruce con él, dejará de moverse para siempre. Se encuentra con una cuadrilla de jóvenes acampados en el bosque y en medio de la oscuridad. No podía ser de otra manera, ¡un clásico de estas cintas! Uno a uno pagará con las consecuencias de despertarlo de su profundo sueño. Y nos asaltan las pelis de serie B de terror del estilo de "Pesadilla en Elm Street" y un Freddy Krouger sin uñas largas. Así, un grupo de adolescentes, como siempre ocurre, que acampan en medio del bosque y cuentan los sucesos macabros que ocurrieron en aquella zona hace más de diez años y se produjo una masacre.
En fin, una más de terror de un muerto con poca capacidad de sorprender, porque entre otras cosas, el zombi se encuentra casi en perfectas condiciones, rollizo y de buen año. Nada de descomposición. Se toma su tiempo para empezar a descuartizar al personal. No apta para los espectadores sensibles y gozarán aquellos que les guste la carnaza sangrienta.
La directora Sofía Alaoui de padre marroquí y madre francesa pretende, en su película "Animalia", mostrar el lujo que desprende a raudales en la casa donde vive una joven embarazada, Itto, interpretado por Oumaima Barrid, mujer del hijo de esa mansión con ínfulas de mayores grandezas.
La chica está embarazada y su marido le cuenta las fabulosas riquezas que obtendrá con el nuevo negocio para hacerse una casa propia. Vemos que la joven viene de una casa humilde de ganaderos porque sus modales en la cocina o en la mesa no son del estilo de los que la habitan y la directora quiere resaltarlo. En ese mundo de ricos donde se siente un títere que ordenan y manejan a su antojo como un objeto inerte reprime sus impulsos. Un acontecimiento inesperado hará que ella se sienta sola y desligada completamente de su riqueza. Este percance producirá que entienda las deficiencias del pueblo frente a sus abundancias. Abandonada en una población se encomienda al dueño del hotel para que la lleve donde está su marido, pero mantienen muchas diferencias culturales que chocan constantemente.
En fin, es una road movie a lo marroquí por unas tierras áridas y polvorientas con los personajes del terruño.
"Bikeriders. La ley del asfalto" de Jeff Nichols ( director de temas variados como en "Take Shelter" donde mezcla el terror de lo sobrenatural con el drama; "Mud" un asesino y unos niños que se cruzan en el camino; o "Loving" que narra el amor imposible entre un blanco y una chica negra) ahora se clava en los años sesenta en un local de unos aficionados a las motos las motos. Son moteros de chaleco que van con la Harley Davinson y luego pasarán a la chopedd más ligera, modificada con manillar alto y más velocidad.
La chica, Katy, interpretado por Jodie Comer, que se mete de lleno en ese ambiente de los moteros ( club los vándalos) allí se queda flipada por Beny, un colgado guaperas, interpretado por Austin Butler ( actor de la película "Elvis" de Baz Luhrmann que deja hipnotizada a la chica.
La única pasión que tienen es la de apretarle la oreja al manillar de su moto, reunirse con los colegas para jugar al billar y colgarse del botellín de cerveza. Disfrutan con ello. Gozan de la velocidad que al mismo tiempo les proporciona libertad y se escaquean de las persecuciones policiales porque se han pasado varios semáforos en rojo.
Al frente de la organización se encuentra el jefe, Johonny, interpretado por Tom Hardy ( clava el papel con una imitación del gran M. Brando en "Salvaje" de Laszlo Benedek) es una figura clave en esa organización que no se mueve ni un dedo sin su permiso. Está dispuesto siempre a romperle la cara con aquel que le lleve la contraria.
Finalmente, la pasión de los moteros tira más que la propia familia. Es un mundo al margen de su otra realidad. El amor a toda una especie de símbolos tira más que el amor de una mujer que insiste y hace todo lo que está en sus manos para que su marido deje de una vez por todas a ese club de rudos moteros donde se dejará la vida.
"Sobre la hierba seca" de Nuri Bilge Ceylan pretende mostrar los personajes detenidamente que no se escape su precisión. Ya en el inicio aparece un tipo que lo dejan en medio de una zona completamente nevada y se desplaza con lentitud hacia no se sabe dónde. El coche que lo transportaba no quiso seguir adelante. Avanza con dificultad en ese tomo blanco de nieve. Se encuentra en una zona rural y montañosa de Anatolia, Turquía. Mientras progresa nos muestra el lugar donde se dirige, un grupo de niños jugando en el patio le asaltan a su paso, que no es otro que un colegio. Pronto sabemos que se trata de un profesor de arte o dibujo,
interpretado por Deniz Celiloglu que realizará las prácticas aquí, pero su intención es pirarse cuanto antes a Estambul. Vemos la estructura de las clases, los niños muy bulliciosos, donde un profesor recién llegado aplica mano dura a cualquier inicio de levantar la voz. Su mecanismo es el de plasmar un dibujo en el proyector y que lo dibujen, no es necesario que sea el mismo, pueden innovar. Además, en esas clases, por sorpresa, se realiza un chequeo de las carteras por medio de otros profesores para ver qué pillan en las carteras: navajas o cartas de amor que son requisadas.
El tono o la forma de hablar entre ellos casi siempre es despectivo. Ya en el pueblo, en el inicio, el inspector jefe habla de malas maneras a sus inferiores, sin respeto e incluso insultándoles. Por lo tanto, impera la forma tosca y abrupta de los individuos hacia el resto. Así sucede, por ejemplo, con el director cuando dice que le traiga un té y lo hace como si diera una orden poco menos que militar, un mandato con un tono de cabreo. Sin embargo, la alarma sobre una conducta inapropiada llega al gobernador porque acusan a dos profesores de sobrepasarse con los alumnos. Evidentemente les comunica que todo se va a investigar. Estamos ante un tema similar al que se desarrollaba en "La caza" de Thomas Vinterberg donde una niña pequeña mentía y comentaba que había sufrido abusos sexuales de su profesor cuando solo estaba en su imaginación, pero todo el vecindario, incluso amigos se cebaron con violencia contra el profesor sin haber hecho nada. Ante esa noticia, la violencia, por parte del profesor cambia dentro del aula, va en aumento. muestra su enfado con malos modos y cabreo. Así, se pasa de un profesor empático y de buen rollo a ser una persona encabronada con los alumnos que lo han hecho que se maleara. La historia se va por otros derroteros y lo que más le interesa al protagonista, interpretado por Deniz Celiloglu, es pasar rápido el año y pirarse de allí. Además mantiene una conversación acalorada de preguntas sin respuestas con una compañera,
interpretado por Merve Dizdar (mejor actriz en el festival de Cannes 2023), que se saldará con un final amoroso. En fin, mantiene atento las situaciones y el existencialismo que se plantean los personajes ante su vida, pero hay que tener cuajo para aguantar 197 minutos.
Un tipo que sale de la nada, del medio del bosque, interpretado por François Civil,
se inserta en una protesta violenta que se está gestando en una manifestación sobre el medio ambiente. Es un infiltrado del estado que pretende sacar información de esa organización ( ZAD zona a defender) que les está jodiendo por sus constantes huelgas y acampadas en la zona. La película "Un lugar por el que luchar" de Romain Cogitore buscará que el enemigo llegue a identificarse con la banda de naturalistas con pelos de rastas. Resulta extraño que pase desapercibido, pero como se adentra en la lucha como uno de ellos e incluso es herido por la policía, pues la aceptación, en un inicio, es total. Este grupo de activistas quiere impedir a toda costa que construyan una presa en esa zona que inunde toda la comarca y su ecosistema natural. Myriam que es la chica que lo ha ayudado cuando está herido, interpretado por la actriz argelina
Lyna Khuodri ( protagonista de "Papicha, sueños de libertad" de Mounia Meddour), será la persona en la que se cubrirá del resto de activistas. La aventura amorosa que pasa con ella, traerá frutos nueve meses después y esto generará dudas en el topo. No puede abandonar a un hijo al destino de un colectivo de activistas que pasa completamente de las condiciones de un niño, incluso de que exista, pues no dispone de documentación alguna.
Este hecho le generará al protagonista una obligación por esa familia que se ha formado sin que él lo quisiera. Esa disputa lleva le hacia un callejón sin salida. En fin, no sabe como salir del atolladero en que él mismo está metido, puesto que no quiere abandonar a su hijo ni a la chica con que tuvo un rollo ni tampoco dejar de lado su vida de confort actual.